Mineral más duro: El geólogo alemán Friedrich Mohs, a principios del siglo XIX, ideó la escala que lleva su nombre, Escala de Mohs, que determina cuáles son los 10 minerales más y menos resistentes de nuestro planeta. Aunque no es el método más exacto, sigue siendo muy usado por los geólogos. Según esa escala, en el nº 10 (más duro; el nº 1 el más blando) el diamante es el más duro. Después, en escala descendente, están 9) el corindón, 8) el topacio, 7) el cuarzo, 6) la ortosa, 5) el apatito, 4) la fluorita, 3) la calcita, 2) el yeso.
Mineral más blando: En el nº 1, el mineral más blando, está el talco. Su empleo más común es para hacer polvos de talco.
Materiales más duros: Según los datos aparecidos en el periódico digital “OK Diario”, los materiales más duros que existen son (siendo el nº 1 el más duro):
Nº 1: Carbino. Es una especie de carbono monovalente radical con un átomo de carbono. Es el doble de resistente que los nanotubos de carbono y más fuerte que el grafeno (nº 2). Es el material que mejor soporta una tensión de rotura o un estiramiento de todos los existentes.
Nº 2: Grafeno. Es unas 10 veces más fuerte que el acero y más duro que el diamante.
Nº 3: Lonsdaleíta. Es un material encontrado en meteoritos con una forma parecida al diamante aunque hexagonal. Se encontró por primera vez en 1967, en el “Cañón del Diablo” (Arizona), en el cráter de un meteorito. Deriva su nombre de su descubridora, Kathleen Lonsdale. Es como un 58% más duro que el diamante. Se cree que en el impacto del meteorito con grafito contra la tierra, el calor y la energía del impacto pueden transformar el grafito en diamante manteniendo su estructura hexagonal.
Nº 4: Diamante. Es uno de los minerales más apreciados y utilizados en la joyería. Es una forma cristalina del carbono, con gran resistencia a ser rayado. Pocos tipos de impurezas pueden contaminarlo, y los pocos elementos que pueden hacerlo consiguen darle unos tonos de color: boro (color azul), nitrógeno (color amarillo), o defectos cristalinos (marrón), u otros tonos (rosado, verde, naranja, violeta, negro o rojo). Se cree que los diamantes fueron reconocidos y minados en la India hace, por lo menos, 3.000 años. En 1813, el químico británico Humphry Davy demostró que el diamante estaba compuesto de carbono, y que en una atmósfera sin oxígeno, el diamante se convierte en grafito.
El récord de diamante más grande del mundo lo tiene el “Cullinan” en honor del propietario de la mina donde se halló, Sir Thomas Cullinan. También se le conoce como “Estrella del Sur” por la novela de Julio Verne – del mismo título- en la que ese es el nombre del diamante de mayor quilate del mundo.
Fue encontrado por Frederick Welles, en Sudáfrica en el año 1905. Tenía unos 12 centímetros y su peso era, según algunas fuentes, de 3.106 quilates (unos 621 gramos). El diamante en bruto se obsequió al rey Eduardo VII por su cumpleaños.
Se dividió en 9 gemas separadas y de ellas se obtuvieron 150 piedras talladas, muchas de las cuales se hallan entre las Joyas de la Corona británica.
Nº 5: Wolframio. También llamado tungsteno, es un metal escaso en la corteza terrestre; es sumamente resistente a los cambios químicos y para que cambie de estado (de sólido a líquido), se necesita un punto de fusión (el más elevado de todos los metales) de 3.410º C, y es el que necesita el punto de ebullición más alta para hervir: 5.930 º C. Es usado para fabricar filamentos de lámparas o para equipos de soldadura, para blindar vehículos militares pesados, con una toxicidad prácticamente nula.
J.A.T.