Siguiendo con la musicoterapia, durante la Edad Media hubo dos teóricos que escribieron sobre este tema:
Basilio el Magno (siglo IV): obispo de Cesarea y uno de los 4 “Padres” de la Iglesia Ortodoxa Griega. Escribió la obra Homilía, destacando que la música calma las pasiones del espíritu y modela sus desarreglos.
Severino Boecio (siglo V-VI): filósofo, musicólogo y teórico de la música. En su obra De instituciones Música retoma las ideas de Platón sobre que la música, por su naturaleza, es consustancial a nosotros. Por ello, es un poderoso elemento educativo y sus efectos positivos o negativos dependen del modo en que se utiliza.
Siglo XV: Durante el Renacimiento, en España, se también se teorizó sobre el efecto de la música en el ser humano por parte del jienense Bartolomé Ramos de Pareja, quien obtuvo cátedra en la Universidad de Salamanca. Allí explicaba los libros de Boecio sobre la música. Se han perdido todos sus tratados salvo la obra De Música Práctica, que publicó en Bolonia en 1482.
Siglo XVII: Varios médicos empiezan a estudiar el efecto de la música en el organismo bajo el prisma científico. Destaca el británico Richard Brown con su obra Medicina musical en la que estudiaba la aplicación de la música en enfermedades respiratorias descubriendo que cantar perjudicaba en casos de neumonía y de cualquier trastorno inflamatorio de los pulmones. No obstante, defendía su uso en los enfermos de asma crónica, demostrando que, si cantaban, los ataques se espaciaban más en el tiempo.
Siglo XIX: En España destaca un médico catalán, Francisco Vidal Careta. Preparó una tesis doctoral titulada La música en sus relaciones con la medicina en la que expuso que “la música es un agente que produce descanso”, incluso que “habría que crear orquestas en los manicomios”.
Siglo XX: A partir de la II Guerra Mundial se notó que, cuando los voluntarios acudían a los hospitales a cantar o a tocar música, los médicos y enfermeras notaban cambios en los enfermos.
1950: Se funda la National Association for Music Therapy que promueve congresos, incluso, la carrera de musicoterapia en la universidad. A partir de ahí, se empiezan a crear asociaciones con el mismo objetivo, como la British Society for Music Therapy y otras similares en numerosos países.
1974: Tuvo lugar en París el primer congreso mundial de musicoterapia.
1993: Se realizó un experimento en el Centro Neurobiológico del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California, con 36 estudiantes. Tras escuchar la Sonata en Re mayor de Mozart durante 10 minutos se comprobó que aumentó su rendimiento intelectual, subiendo hasta 9 puntos en el test de inteligencia.
J.A.T.