Krishna y Radha jugando al chaturanga en un tablero del Ashtāpada

El ajedrez es un juego de estrategia cuyo origen es controvertido aunque la opinión más aceptada es que proviene de Asia, probablemente de la India (alrededor del siglo V a. JC) donde recibía el nombre de chaturanga. Después se extendió a China Rusia, Persia y Europa, aunque opiniones más recientes indican un origen chino y que podría remontarse al siglo III a. JC. Quizá en el futuro se sepa su origen real.

Ilustración del libro Shāh-nāmeh, mostrando una partida en la corte persa.

Se cree que pasó a Persia a partir de este juego indio, dándole el término Shatranj, a partir del cual el ajedrez moderno se ha desarrollado gradualmente. Los persas lo introdujeron en el Imperio Bizantino, donde se le denominó zatrikion.

Los árabes dominaron Persia entre 632-651, adoptando el juego bajo unas condiciones concretas: entre otras, no apostar, no representar las piezas figurativamente o no llegar a blasfemias ni disputas. Fueron los árabes los primeros en analizar las diferentes fases del juego: aperturas, medio juego y el final. Los Varegos, un pueblo vikingo, lo llevó de Constantinopla (Imperio Bizantino) a Rusia (siglo VIII). Los árabes lo llevaron a Europa hacia el siglo X, tras la conquista de la península ibérica, extendiéndose por toda Europa.

Templarios disputando una partida de ajedrez en una miniatura del Libro de los juegos (1283).

Templarios disputando una partida de ajedrez en una miniatura del Libro de los juegos (1283).

En el siglo XIII, el rey Alfonso X El Sabio patrocinó un famoso manuscrito, Libro de los Juegos, entre ellos, el ajedrez.

No obstante, estuvo prohibido hasta el siglo XIV en Francia, Inglaterra, Alemania y Rusia por las iglesias católica y ortodoxa, y por el judaísmo. De forma paulatina, la nobleza aceptó el juego y lo consideró una forma de entretenimiento apropiada para caballeros, soldados o juglares.

A finales del siglo XV, se introdujeron la Reina (Dama) y el Alfil en sustitución de otras dos piezas más lentas. En los siguientes siglos, se fueron introduciendo nuevas reglas y movimientos como el enroque.

En el siglo XIX cafeterías londinenses y parisinas popularizaron el juego, y se fundaron clubs de ajedrez en Londres, París, Viena y Praga.

J.A.T.