La leyenda medieval que trata las peripecias de un proscrito, conocido como Robin Hood, es una de las que más recorrido ha tenido hasta nuestros días, sobre todo por ese espíritu de “robar a los ricos para darlo a los pobres”, defendiendo a los más desfavorecidos. El nombre, Robin, era uno de los que los paganos daban a los seres sobrenaturales, y el color verde de su ropa se relacionaba con el espíritu del bosque. Hood, junto a Hod y Hoder, eran unos apellidos muy comunes al igual que los nombres Robin y Robert. Su significado “proscrito, truhán” y también “capucha”, también le aplica por cualquiera de sus acepciones.
Las pruebas encontradas indican que, entre los siglos XIII-XIV, vivió un hombre llamado Robin Hood en Locksley y Wakefield, en el Condado de York, que podría ser el protagonista de la leyenda. Su padre, Adam Hood, fue guardabosques bajo el mando del Conde Warenne y Lord del Señorío de Wakefield.
Hacia 1322, el Conde de Lancaster levantó en armas a sus súbditos para rebelarse contra el rey Eduardo II, entre ellos Robin Hood; pero la revuelta fue sofocada, por lo que Robin tuvo que ocultarse en el bosque de Barnsdale (de unos 48 km2) que se juntaba con el de Sherwood (unos 40 km2). Como por estos bosques pasaba la Gran Ruta del Norte que los romanos construyeron era el lugar ideal para los ladrones y asaltantes de caminos, por lo que en esta zona nace esta leyenda.
En 1450 se publicó el libro A Little Geste of Robin Hood, que narra la leyenda del personaje. Algunos datos son auténticos como que el rey Eduardo II estuvo en Nottingham en 1323, o que el nombre de Robin Hood aparece en los registros de la casa de este rey (1324), donde aparecen las pagas que Robin recibió hasta noviembre de ese año. A partir de aquí desaparece de los registros oficiales y forma parte de la leyenda.
Su aventura termina en 1346 al morir en el monasterio de Kirklees. Robin disparó una flecha por la ventana de su habitación y solicitó que se le enterrara donde ésta hubiera caído.
Junto a Robin Hood (el mejor arquero) figuran otros personajes que forman parte de sus aventuras: su amada Lady Marian –aparece en las baladas del siglo XV-, su amigo íntimo Little John (“Pequeño John”, en contraste con su altura) y que es el mejor lancero, el fraile Tuck y Will Scarlett, posiblemente su sobrino, aunque en otras historias es su hermano bastardo, destacando como el mejor espadachín. Como enemigos figuran el Príncipe Juan y el Sheriff de Nottingham.
En definitiva, parece que el origen de esta leyenda proviene de diferentes personajes que en distintos años inspiraron la leyenda usando el nombre de Robin Hood, por algunas hazañas y en lugares relacionados con la leyenda. Entre esos lugares está el castillo de Nottingham donde encontramos la estatua que aparece en la foto de cabecera.
Por supuesto, en el cine también ha sido un personaje recurrente, entre las que destacan las siguientes películas:
J.A.T.