El hundimiento del Titanic se produjo en unas 2 horas y 40 minutos desde el momento de la colisión. Desde que se avistó el iceberg hasta su choque con él fue de unos 30 segundos aproximadamente. Alrededor de 1 hora se tardó en echar el primer bote al agua.
Los pasajeros de 1ª Clase tuvieron preferencia en el momento de la evacuación, y el mayor número de vidas perdidas fue de hombres. Se salvaron 88 mujeres de 3ª Clase (49%) mientras que 60 fueron hombres de 1ª y 2ª Clase juntos (32% y 8% respectivamente). Se salvaron más hombres de 3ª clase (59) que de 1ª o 2ª Clase. El total de supervivientes fueron:
- Hombres: 16%
- Mujeres: 74%
- Niños: 50%
Una de las falacias de esta historia es que los pasajeros de 3ª Clase quedaron atrapados porque las puertas de acceso a las otras cubiertas estaban bloqueadas. Según el testimonio que dieron supervivientes de 3ª Clase, si bien es cierto que al principio sí estuvieron cerradas, cuando la tripulación se dio cuenta de que el barco se hundía, las puertas se abrieron.
Algunos factores incidieron en el fatal desenlace del naufragio del Titanic:
Aunque se recibieron varios avisos de avistamiento de icebergs, algunos de ellos no llegaron al capitán y otros no se atendieron. El concepto era que el hielo no constituía un peligro que preocupara a grandes navíos. Con cierta frecuencia, los barcos pasaban cerca de masas de hielo. Incluso en alguna colisión frontal el barco apenas había sufrido daños. Un ejemplo fue el barco alemán SS Kronprinz Wilhelm. En 1907, chocó contra un iceberg y pudo mantenerse a flote y llegar a su destino. De hecho, el propio capitán Smith ya había comentado anteriormente que no se imaginaba ninguna condición que provocara el naufragio de un barco, gracias a que la construcción de los barcos había avanzado mucho.
El Californian avisó del avistamiento de icebergs; pero Jack Phillips, el operador de radio del Titanic, le dijo que se callara pues estaba ocupado, ya que tenía que enviar infinidad de mensajes que los pasajeros querían mandar. El operador del Californian no volvió a mandarle mensajes, y 1 hora después apagó la radio. No obstante, Phillips pasó el aviso al capitán Smith, quien no le dio mayor importancia.
El Titanic llevaba una cierta velocidad (aunque no al máximo de sus posibilidades para no dañar los motores). No estaban encendidas todas las calderas y su velocidad era de unos 21 nudos, lejos de los 26 que se registraban habitualmente. Pese a que se ha dicho que intentaba marcar un hito intentando rebajar el tiempo que requería el viaje, parece que no fue así, sino que siguió el patrón de la 1ª travesía –un año antes- de su “hermano mayor”, el Olympic. De hecho, llegar mucho antes del tiempo previsto hubiera significado para los pasajeros más trastornos que beneficios : llegar antes a sus reservas de hotel, de tren, o para los que los que irían a esperarles en el puerto. No sería tan buena publicidad.
Los prismáticos que podrían haber avisado, con mayor tiempo de antelación, de la presencia del iceberg estaban guardados en un armario, cuya llave la tenía un oficial que, poco antes de zarpar, fue destinado a otro barco. No obstante, incluso con ellos, con la oscuridad y la mar en calma tampoco se habría detectado con mucha más anticipación. Ese último atardecer sorprendió al Titanic navegando en aguas muy tranquilas, aunque la temperatura continuó bajando a medida que caía la noche. La ausencia de oleaje dificultaba la localización de los icebergs, cuya presencia normalmente era delataba por la línea blanca de las olas al romper contra su base. De todas formas, el iceberg tenía un tamaño enorme: sobresalía unos 30 metros por encima del agua -más o menos a la altura en la que se encontraba el vigía, Frederick Fleet-, y esa parte visible corresponde aproximadamente a la 5ª parte de su masa.
La evaluación de daños fue demasiado lenta, y para cuando se ordenó evacuar ya se había perdido un tiempo muy valioso.
J.A.T.
Agradecimiento imagen cabecera: Boris Lux – Lux’s Type Collection, Ocean liners – Titanic, CC BY-SA 3.0