El harpagofito, es una planta originaria del desierto del Kalahari, también conocida como «Garra del Diablo», por unos salientes en forma de gancho o garra que tiene. Si la primera impresión es la que vale, la verdad no es muy atrayente, pero como casi siempre en la vida,  los hechos son los que valen, y éstos la califican como una planta de múltiples aplicaciones.

Su raíz principal es muy larga y de ella salen unas raíces secundarias en forma de cacahuetes con sabor muy amargo que le otorga el efecto terapéutico.

El harpagofito segrega una sustancia que la hacen resistir las temperaturas extremas del desierto y sus condiciones adversas y es esta sustancia que segrega y otros principios activos que posee, lo que hace que sea una planta tan valiosa.

En la antigüedad, en África, se usaba para curar contusiones, bajar la fiebre, para todo tipo de males incluida la malaria. Pronto los colonizadores la llevaron a Europa y se usaba para alivio de dolores de espalda, musculares y reumáticos.

Hoy en día se usa como un poderoso anti-inflamatorio, analgésico, antirreumático, antipirético, antiespasmódico, laxante, depurativo y antiacnéico.

Aunque tiene múltiples propiedades y pocos efectos secundarios, está contraindicado para personas con glaucoma, hipertensión arterial, diabetes y problemas hepáticos. También se debe evitar en caso de embarazo o lactancia. Siempre debemos consultar con nuestro médico antes de tomar cualquier planta para evitar interacción a contraindicación con algún medicamento. No obstante, la «Garra del Diablo» tiene «mucho gancho».