Roma: Obelisco Salustiano
(Obelisco del Jardín de Salustio)
Está en la Piazza Trinità dei Monti, entre la Iglesia de la Trinità dei Monti y la escalinata que lleva a la Piazza di Spagna.
Tiene una altura de casi 14 metros (30 metros desde la base), y fue realizado en la época imperial romana emulando a los egipcios. De hecho, contiene inscripciones de Seti I y Ramsés II, que fueron copiados literalmente del Obelisco de Augusto de la Piazza del Popolo, algunos símbolos son incorrectos.
La parte superior del obelisco está adornado con los símbolos del Papa Pío VI y la cruz, como una reliquia de un fragmento de la Santa Cruz de Jesús y las reliquias de San José, San Francisco de Paola, de Pío V y de los Apóstoles Pedro y Pablo. También tiene una flor de lis, elemento heráldico del rey de Francia, el cual patrocinó la construcción de la iglesia frente a la cual se halla el obelisco, la Trinitá del Monti. En la base hay cuatro inscripciones.
Se le conoce como Obelisco Salustiano, pues apareció en lo que fueron los jardines de Salustio , tribuno e historiador del siglo I a. de JC. para ornamentar el Circus Sallustianus (hipódromo). Después de la caída del imperio romano, se derrumbó y rompió en dos pedazos y, durante la Edad Media, quedó sepultado durante siglos.
Al descubrirse de nuevo, el papa Sixto V tuvo la idea de trasladarlo tenía intención de mover la aguja a la zona de la Basílica de Santa Maria degli Angeli (Santa María de los Ángeles) junto a las Termas de Diocleciano; pero murió sin llevarse a cabo dicho proyecto.
En la década de 1600, la familia Ludovisi se hizo dueña del terreno donde estaba enterrado el obelisco, y hacia 1734 donaron el obelisco roto al papa Clemente XII, quien lo restauró y lo trasladó a la Basílica de San Giovanni in Laterano. Allí no encajaba por su pequeño tamaño al compararlo con que ya estaba allí, el Obelisco Lateranense. Así que quedó tumbado en el suelo.
Entretanto, los franceses iniciaron negociaciones para llevárselo a París con la idea de colocarlo frente a la catedral de Notre Dame.
Ya en 1789, transcurridos unos 50 años, el papa Pío VI lo trasladó a la ubicación actual encargando el proyecto al arquitecto Antinori.