Wilhelm Hosenfeld, un oficial alemán durante la II Guerra Mundial, es considerado un ejemplo de coraje y amabilidad en una historia de horror y consternación como fue el Holocausto. Aunque pocos actos puedes iluminar la oscuridad de tal historia, algunos actos personales merecían ser valorados de forma objetiva.

Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto y ganador del Premio Nobel, dedicó su vida a asegurarse de que el sufrimiento del pueblo judío no lo olvidaran las generaciones futuras. El escribió:

«En aquellos tiempos había oscuridad en todas partes. En el cielo y en la tierra, todas las puertas de la compasión parecían cerradas. El asesino mató y los judíos murieron y el mundo exterior adoptó una actitud de complicidad o de indiferencia. Solo unos pocos tuvieron el coraje de preocuparse.»

Uno de estos casos es el de Wilhelm “Wilm” Hosenfeld, quien creía en la importancia de ayudar a otros y enfrentarse al mal. Arriesgó muchas cosas, su vida incluida, para ayudar a los judíos a escapar del genocidio.

Se unió al partido nazi en 1935, y desde 1940 sirvió como oficial de la Wehrmacht en Varsovia (Polonia) desde julio de 1940 hasta que terminó la guerra. Al principio, apoyó a los nazis; pero tras leer el Mein Kampf de Hitler y ver las terribles consecuencias que estaba causando la dictadura nazi, se fue desilusionando y avergonzando cada vez más, y fue apuntando en su diario todo detalle sobre el maltrato a los judíos. Usó su posición para dar refugio a muchas personas, al margen de sus antecedentes.

El primer judío al que se sabe que ayudó fue Leon Warm, quien escapó de un tren que le llevaba al campo de exterminio de Treblinka. Hosenfeld le facilitó documentación falsa y un trabajo en un estadio de Varsovia.

Władysław Szpilman

Pero su fama mundial la alcanzó al rescatar a un pianista y compositor judío-polaco, Wladyslaw Szpilman.

Varsovia17 de noviembre de 1944: Mientras se acondicionaba una casa para que sirviera como cuartel general del ejército alemán, Hosenfeld encontró a Szpilman escondido en la buhardilla. Éste se identificó como músico y Hosenfeld le pidió que lo demostrara. Szpilman, pese a tener los dedos entumecidos, hizo una magistral interpretación del “Nocturne” en Do menor de Chopin. Esto hizo que el alemán se compadeciera de él y le mostrase su admiración, por lo que no sólo no le delató sino que le escondió en el ático del edificio, le llevó un abrelatas y comenzó a llevarle comida con regularidad, envuelta en periódico que, al mismo tiempo, le mantenía informado sobre la próxima derrota de Alemania en la guerra.

Algunas semanas después, el avance del Ejército Rojo forzó la retirada de los alemanes; pero, antes de hacerlo, Hosenfeld se despidió de Szpilman y le dio su abrigo para protegerse del frío.

En enero de 1945, los soviéticos lo detuvieron y, en 1950, fue sentenciado a 25 años de prisión, pese a exponer que había ayudado a polacos y judíos. Los dos judíos a los que protegió, Warm y Szpilman, solicitaron a los soviéticos su liberación; pero, no tuvo efecto dicha petición, convencidos de que era responsable de crímenes de guerra.

El 13 de agosto de 1952, en un campo de prisioneros de la Unión Soviética, Hosenfeld murió por una ruptura de la arteria aorta en el tórax, posiblemente mientras era torturado.

VOCES EN SU FAVOR

Durante muchos años, numerosas personas, entre ellas, Andrzej Szpilman, el hijo del pianista, estuvieron pidiendo al Yad Vashem de Jerusalén que se reconociera a Hosenfeld como “Justo entre las Naciones”, personas “gentiles” que arriesgaron su vida por ayudar a los judíos.

Octubre de 2007: el presidente de Polonia, Lech Kaczyński, honró póstumamente a Hosenfeld otorgándole la Krzyż Komandorski Orderu Odrodzenia Polski (Cruz de Comandante de la Orden de Polonia Restituida).

16-febrero-2007: El Yad Vashem anunció que Hosenfeld sería reconocido, a título póstumo, como “Justo entre las Naciones”.

25-novbre-2008: El Yad Vashem reconoce a Hosenfeld como Justo entre las Naciones”.

19-junio-2009: En una ceremonia celebrada en Berlín, diplomáticos israelíes hicieron entrega del reconocimiento a Detlev, el hijo de Hosenfeld, por lo que Wilm se convertía en uno de los pocos militares alemanes que participaron en la II Guerra Mundial en recibir el título de “Justo entre las Naciones”.

4-diciembre-2011: Se descubrió una placa conmemorativa en la casa donde el oficial alemán encontró al pianista, estando presente Jorinde Hosenfeld, hija de oficial.

El cine también hizo un reconocimiento mundial de esta historia con El Pianista”, la película del director Roman Polanski. El actor norteamericano Adrien Brody interpretó el papel de Szpilman y el actor alemán Thomas Kretschmann, el de Wilm Hosenfeld.

El film, de gran calidad, consiguió premios de importancia.

J.A.T.

Agradecimientos:

Foto cabecera: Adrian Grycuk – CC BY-SA 3.0 pl

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