Granada: Historia
Granada: Historia.
Granada queda resumida en la historia de los célebres versos del diplomático, poeta e historiador Francisco Asís de Icaza, poeta mexicano nacido en 1863 y asentado en España.
La historia tiene como protagonista a una guapísima granadina –nacida en Cuba-, Beatriz de León y Loynaz, sobrina de los Marqueses de Esquilache, de la que se enamoró Icaza y con la que se casó en 1898, aunque le doblaba la edad. El viaje de novios incluía Granada y paseando ambos por los bosques de la Alhambra, vieron a un ciego arrodillado junto a la Puerta de la Justicia, pidiendo limosna en silencio porque, además, era mudo y muy probablemente sordo. Al verlo, Francisco le dijo a su esposa esos famosos versos:
DALE LIMOSNA MUJER
QUE NO HAY EN LA VIDA NADA
COMO LA PENA DE SER
CIEGO EN GRANADA.
QUE NO HAY EN LA VIDA NADA
COMO LA PENA DE SER
CIEGO EN GRANADA.
El entonces Director General de Bellas Artes, Antonio Gallego Burín, decidió plasmas estos versos en una placa de cerámica y colocarlos dentro de la Alhambra, en los Jardines de los Adarves.
Dicho esto, vamos a hacer un breve resumen de su HISTORIA (en mayúsculas), pues es una ciudad con un riquísimo patrimonio artístico y cultural repleta de importantes acontecimientos.
HISTORIA
Es una ciudad con sabor multicultural por haber sido ocupada, en el transcurso del tiempo, por diferentes pueblos: túrdulos, romanos, visigodos, árabes (zirís, almorávides, almohades y nazaríes) y cristianos.
ESCUDO
Fue concedido por los Reyes Católicos poco después de haber tomado la ciudad. En un principio estuvo formado por 2 cuarteles donde se representaba a los Reyes Católicos y al fruto de la granada; pero en 1843 la reina Isabel II le añadió un tercero con la Torre de la Vela, sumada de una bandera nacional, junto con sus nuevos títulos, representados en la cinta de oro que lo rodea, para premiar la actitud del pueblo granadino en el levantamiento a su favor y contra el regente. Ostenta el título de: “Muy noble, muy leal, nombrada, grande, celebérrima y heroica ciudad de Granada”.
Parece que el origen de Granada se remonta a los túrdulos, una tribu íbera muy civilizada, quienes la denominaron Ihverir. Después, cuando los romanos la conquistaron le dieron el título de Municipio (Municipium Florentinum Iliberitanum) y le asignaron el nombre ibérico Iliberis y el latino, Florentia, pudiéndose interpretar como “ciudad florida o fructífera”, ocupando los barrios del Albayzín y la Alcazaba, extendiéndose hasta la colina de la Alhambra.
Poco se conserva del período visigodo salvo algunas monedas y medallas, dándonos la idea de que seguía siendo la capital de la provincia, debido tanto al aumento de su poder militar y también a que otras ciudades perdieron importancia. Iliberis estaba asentaba con Garnata, una barriada ocupada principalmente por judíos, a la que los árabes llamaron Garnata Al-Yahud (Granada de los Judíos). En algún momento de la Alta Edad Media quedó destruida pues el lugar estaba despoblado a comienzos del siglo VIII.
A partir del año 711 se inicia la invasión musulmana, y allá, en el año 845, un destacamento rezagado del ejército árabe que venía de Damasco fue a Córdoba para reclamar su botín por haber participado en las campañas; pero como la repartición ya se había realizado, las autoridades de Córdoba les dieron un lugar alejado en la sierra, decidiendo aceptarlo.
Madinat Garnata, la Granada musulmana, tuvo 3 períodos: el zirí, el almorávide/almohade y el nazarí.
Período Zíri.
Iliberis se convirtió en Elvira para los árabes, siendo destruida en 1010, y sus habitantes se trasladaron a la zona del Albayzín, Alcazaba Cadima (Al-Qasba Qadima). Zawi ben Ziri fue el fundador de esta dinastía que convirtió a Granada en un reino independiente en 1013. La ciudad se extendía por unas 75 hectáreas con unos 4.400 casas distribuidas en varios barrios del Albayzín.
Período almorávide y almohade.
Estos eran unos pueblos bereberes del Norte de África. Los almorávides eran muy celosos de su religión y destruyeron iglesias y otros edificios. Después llegaron los almohades, aún más celosos de la ortodoxia islámica que terminó no solo con los edificios, sino con todas las costumbres que pudiesen suponer un alejamiento de dicha pureza.
Estos eran unos pueblos bereberes del Norte de África. Los almorávides eran muy celosos de su religión y destruyeron iglesias y otros edificios. Después llegaron los almohades, aún más celosos de la ortodoxia islámica que terminó no solo con los edificios, sino con todas las costumbres que pudiesen suponer un alejamiento de dicha pureza.
En el año 1090 los almorávides derrocaron al último sultán zirí, ‘Abd Allah, y establecieron en Granada la capital de Al-Ándalus. El crecimiento urbano motivó que se ampliara el recinto amurallado. También se construyeron suburbios fuera de las murallas como los de Al-Bayyazin (los Halconeros = Albayzín) al norte, de Al-Ramla (el Arenal) al suroeste y Al Fajjarin (los Alfareros) al sureste.
La comunicación desde la Alcazaba al arrabal del Albayzín obligó a la apertura de la Bab al-Ziyada (Puerta del Ensanche), llamada después Puerta Nueva o de las Pesas. Parece que los citados arrabales todavía no contaban con murallas en esta etapa, aunque sí se cercó el barrio de Ajš ariš (Axares).
En el próximo artículo continuaremos con el tercer período, el nazarí.
(J.A. Talz)