[…] Cristóbal Colón 

3º Viaje (1498-1500)

Cristóbal Colón partió el 30 de mayo de 1498, de Sanlúcar de Barrameda, con una tripulación de 226 hombres en una flota de 8 navíos (Santa Cruz, Santa Clara, Castilla, Mabel, La Rábida, Santa María de Guía, Gaza y Vaqueña), con el objetivo de encontrar un paso hacia las Indias Orientales navegando hacia el sur.

A finales de julio de 1498, Colón avistó la isla de Trinidad, un primer indicio de que se estaba acercando al continente sudamericano. Poco después, el 1 de agosto, tocó tierra en el golfo de Paria, en la desembocadura del río Orinoco (Venezuela). Impresionado por la gran cantidad de agua dulce que desembocaba en el océano, Colón supuso que había llegado a un continente, lo cual resultó ser cierto.

Colón encadenado (escultura del siglo XIX)

Sin embargo, este viaje estuvo marcado por las tensiones con los indígenas y los colonos, así como la falta de las riquezas que había prometido. Esto llevó a que su reputación se deteriorara., lo que llevó a afrontar acusaciones de mala administración y abuso de poder, lo que llevó a su arresto y regreso a España en cadenas en 1500. Como resultado, los reyes de España, que enviaron al juez Francisco de Bobadilla, el cual llegó a Santo Domingo el 23 de agosto de 1500.

Cristóbal Colón, su hermano Bartolomé y su hijo Diego fueron arrestados y enviados de vuelta a España, llegando a Cádiz (España) el 25 de noviembre de 1500. Isabel la Católica lo libera, pero debe renunciar a sus derechos en el Nuevo Mundo.

4º Viaje (1502-1504)

Este último viaje, que partió de Sevilla el 3 de abril de 1502 y pasando por Cádiz el 9 de mayo, fue una odisea marcada por la adversidad y la búsqueda incansable de un paso hacia las Indias Orientales. Colón contaba con unos 51 años, algo mayor para estas aventuras, además de padecer gota y artritis.

Su flota, muy reducida, estaba formada por 2 carabelas (Santa María —apodada Gracias a Dios— y Santiago de Palos —llamada Bermuda—) y 2 navíos (Gallego y Vizcaíno), con una tripulación de 144 personas. Llevó a su hermano Bartolomé y a su hijo Hernando. Los Reyes Católicos financiaron este viaje a condición de que no volviera a pisar la isla de La Española.

Colón exploró las costas de Centroamérica, buscando un estrecho que le permitiera alcanzar las codiciadas especias asiáticas. Recorrió las costas de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, enfrentándose a numerosos desafíos como tormentas, escasez de alimentos y hostilidad de los indígenas. A pesar de su determinación, no logró encontrar el ansiado paso y sus naves sufrieron graves daños.

Barcos de Colón encallados en Jamaica (Biblioteca de la Universidad de Sevilla)

Uno de los momentos más críticos del viaje fue el naufragio en Jamaica. Allí, Colón y su tripulación quedaron varados durante un año, enfrentando el hambre y enfermedades. Gracias a sus conocimientos astronómicos y a su capacidad para negociar con los indígenas, lograron sobrevivir y finalmente fueron rescatados y llevados a Santo Domingo. Parten de allí el 11 de septiembre de 1504, y el 7 de noviembre arriban a Sanlúcar de Barrameda.

A pesar de sus errores y controversias, el impacto de los viajes de Colón fue inmenso. Su descubrimiento abrió la puerta a la colonización europea de América, lo que transformó radicalmente las sociedades indígenas y la economía mundial. El intercambio de plantas, animales, culturas y enfermedades entre el Viejo y el Nuevo Mundo, conocido como el intercambio colombino, tuvo consecuencias profundas y duraderas.

Este viaje también marcó el declive de su fortuna y reputación, ya que regresó a España enfermo y casi olvidado.

Figura y Controversia

Cristóbal Colón murió en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, sin saber la magnitud de su descubrimiento. Creyó hasta el final que había encontrado una ruta occidental hacia Asia, sin darse cuenta de que había revelado a Europa la existencia de un nuevo continente.

Desde 1899 se halla en la Catedral de Sevilla la tumba de Colón. Anteriormente sus restos estuvieron en:

Valladolid: Estaba siguiendo a la Corte itinerante de Fernando el Católico. No se sabe si murió en una posada o en casa de un marinero; pero cuando fallece se colocan sus restos en el Convento de San Francisco.

Monasterio de la Cartuja de Sevilla: Debido al cariño que Colón sentía hacia este lugar, su hijo Diego mandó trasladar los restos de su padre al Monasterio de Santa María de las Cuevas (La Cartuja de Sevilla), llegando aquí en 1509.

Santo Domingo: Según el historiador Antonio López Prieto, en 1536, los restos fueron llevados en una carabela desde La Cartuja a la Catedral de Santo Domingo (República Dominicana), manteniéndose allí hasta 1795.

La Habana: Durante el reinado de Carlos IV, el arzobispo de Santo Domingo, fray Fernando Portillo y Torres, consideró primordial el traslado de los restos de Colón a La Habana, por lo que sus cenizas se depositaron en la Catedral de La Habana en 1796.

Catedral de Sevilla: Como Cuba se pierde en 1898, se decide trasladar los restos a España. Había diferentes opiniones sobre dónde depositarlos: junto a los restos de los Reyes Católicos (Granada), en el Monasterio de la Rápida (Huelva), en la Mezquita de Córdoba o en el Panteón de los Ilustres Marinos de San Fernando (Cádiz). Finalmente, en 1902, el Duque de Veragua –descendiente de Colón- determina que debe ser la Catedral de Sevilla el lugar donde sean depositados, aunque hubo otro debate acerca de en qué lugar de la Catedral colocarlo su mausoleo.

Tumba de Colón en Sevilla

El féretro es decorativo y no se corresponde con las medidas del Colón ya que los restos están en una urna de plomo dorado en su interior. En los años 2003, 2004 y 2005 el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada hizo un estudio de ADN y se habló de una “compatibilidad posible” de que esos huesos fueran de Colón. Pero el 10 de octubre de 2024, los investigadores forenses de esa universidad liderados por el catedrático de Medicina Legal, José Antonio Llorente, han confirmado que, gracias a las nuevas tecnologías, se puede afirmar que definitivamente, los huesos corresponden a Cristóbal Colón.

El pedestal tiene la siguiente inscripción:

“Cuando la isla de Cuba se emancipó de la Madre España, Sevilla obtuvo el depósito de los restos de Colón, y su ayuntamiento erigió este pedestal.”

El féretro está a hombros de 4 reyes de armas vestidos de gala y corresponden a los 4 reinos históricos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra. En la tapadera de la caja pone:

“Aquí yacen los huesos de Cristóbal Colón, primer Almirante y descubridor del Nuevo Mundo R.I.P.A.”

El legado de Colón es profundamente complejo. Por un lado, es celebrado por abrir las puertas a la era de exploración europea, lo que transformó radicalmente la geografía, la economía y la política globales. Por otro lado, su llegada a América dio inicio a un proceso de colonización que trajo devastación a las civilizaciones indígenas, con consecuencias que resuenan hasta el día de hoy.

Hoy en día, su figura es compleja y controvertida, y sigue siendo objeto de debate. Algunos lo ven como un intrépido explorador que cambió el curso de la historia, mientras que otros lo consideran un símbolo de la opresión colonial. Sin embargo, es innegable que Cristóbal Colón fue un personaje clave, que cambió el curso de la historia, en uno de los momentos más transformadores de la historia de la humanidad.

J.A.T.

Agradecimientos: Mapa cabecera: Phirosiberia, CC BY-SA 4.0 

Tumba de Colón en Sevilla: Miguel Ángel «fotógrafo», CC BY-SA 3.0