La Judería de Toledo: Samuel Ha-Leví
Samuel Ha-Leví Abu-l-Afiyat (o Abulafia) era miembro de una influyente familia que ejerció como administrador de las finanzas, con plenos poderes, del caballero portugués Juan Alfonso de Alburquerque, antes de entrar a las órdenes del rey Pedro I para reorganizar la hacienda de Castilla.
Era un hombre refinado, con conocimientos de astrología y adivinación, y desempeñó diferentes cargos en la Corte (Oidor de la Audiencia y Tesorero Real) de Pedro I El Cruel (rey reconocido por las muertes que ordenó, y especialmente, por su amistad y apoyo hacia los judíos –que al final le “pasó factura”-), y jugó un papel decisivo en la implantación de Pedro I el Cruel frente a sus hermanos bastardos Trastámara, hasta que murió a mano de uno de sus hermanos, Enrique.
En 1351, fue nombrado Almojarife (Tesorero Real), y durante 10 años fue el hombre de confianza del rey, incluso guardando el tesoro real en su casa. Pero en 1354, se inició un asalto a la judería, muriendo muchos judíos y apoderándose tanto del tesoro real como los bienes de Samuel. El posterior buen hacer de Samuel Ha-Leví y sus correligionarios consiguió que Toledo volviera otra vez a manos del rey.
En 1355, consiguió que se devolviera a los hebreos los bienes que habían perdido tras el saqueo a la judería por los partidarios de los Trastámara.
Su notable influencia (siendo Oidor de la Audiencia, nombramiento que le aseguraba el apoyo del poder judicial) y el rápido crecimiento de su riqueza le dieron tanto poder que hasta el rey pasó por alto la legalidad con tal de complacerle. Un ejemplo: Las Siete Partidas y el Ordenamiento de Alcalá prohibían la construcción de sinagogas; pero Samuel Ha-Leví consiguió edificar una sinagoga presuntamente privada en 1357, la Sinagoga del Tránsito, en cuyas paredes mandó grabar alabanzas en hebreo hacia el rey.
Todo esto tuvo como contrapartida que fuese objeto de envidias e intrigas, y apenas 3 años después, fue acusado ante el rey de haberle robado sus impuestos. El rey, olvidando el pasado apoyador del judío, creyó las acusaciones, lo encarceló por traición y lo hizo torturar, muriendo en las Atarazanas de Sevilla en 1361 antes de lograr el perdón. Se le confiscaron sus cuantiosos bienes –según se dice- ya que se le encontraron grandes cantidades de oro y plata, y también se incautaron sus propiedades en Toledo y Sevilla.
CALLE DE SAMUEL LEVÍ
Entre la casa de Samuel Ha-Leví y la sinagoga de la Tránsito surge la calle de Samuel Leví, donde una parte de las casas del titular de esta calle fue habilitada en 1909 para convertirse en museo de Doménikos Theotokópoulos, El Greco.
Junto a la antigua puerta que cerraba esta calle, un azulejo recuerda la dolorosa leyenda de Samuel Ha-Leví, que forma parte de la mitología de Toledo.
CASA DE SAMUEL HA-LEVÍ
La Casa de Samuel Ha-Leví es, actualmente, la sede del Museo de El Greco
La estatua de Samuel Ha-Leví Abulafia, en el Paseo del Tránsito, rinde homenaje a este gran personaje toledano al que se debe la construcción de la Sinagoga del Tránsito. Detrás de la estatua, frente a la sinagoga, se levanta el gran conjunto arquitectónico de la casa palacio de Samuel Ha-Leví. Una parte está destinada hoy en día a acoger el Museo del Greco.
(J.A.T.)
Agradecimiento por la información y fotos a:
CAMINOS DE SEFARAD – Red de Juderías de España