CULTURA MAYA: EL CALENDARIO
Calendario. Relacionado con esto fue circulando la idea de que en el solsticio de invierno, el 21 de diciembre de 2012 tendría lugar el fin del mundo, idea sacada por el concepto de que ese día concluía el baktún 13 (unos 144.000 días o 394 años) la unidad más larga de su calendario conocido como cuenta larga, cuando, en realidad, tan solo es el inicio de nuevo ciclo.
El tiempo revestía enorme significado para los mayas. Creían que los acontecimientos volvían a repetirse en ciclos periódicos y así lo plasmaron en sus calendarios.
El Tzolkín (Cholq’ij) –que significa “cuenta de los días»-, era el calendario ritual sagrado que también se usaba en la adivinación. Tenía un ciclo de 260 kines (días). Se dividía en 13 grupos de 20 días con su nombre y número distintivo (13 x 20 = 260).
También podía representarse con una matriz numérica, una tabla con 20 filas y 13 columnas (o 20 columnas y 13 filas, ya que podía presentarse tanto de forma vertical como horizontal). Los números 13 y 7 (13 +7= 20) era claves:
- el 13 era el número sagrado de los mayas (el de los ciclos importantes de la fortuna / la desgracia) y el
- el 7 era el número místico.
Esa tabla tiene algunas curiosidades, como, por ejemplo: (ver imagen siguiente)
La suma de los números de las 4 esquinas (1 + 7 + 13 + 7) da 28, los días de un mes. La esquinas interiores (señaladas con colores) también dan 28 como resultado de la sumas de esos números.
La multiplicación de 28 x 13 = 364, los días de un año. Como los mayas contaban el cero como un día más, nos da 365 días (1 año).
La suma de todos los números del 1 al 13 entre sí nos da un resultado de 91, que son los días que abarcan cada estación del año (91 x 4 = 364).
El calendario civil, el Haab, era un ciclo solar de 365 días enteros, que regía la vida de la comunidad y de la agricultura. Estaba dividido en 19 meses: 18 meses de 20 días (360 días) y 1 mes de 5 días. Aunque estos 5 días se fechaban, eran considerados infaustos y de mal agüero, y se eliminaban de los registros cronológicos.
Los mayas combinaron ingeniosamente ambos calendarios valiéndose de lo que los investigadores llaman “la rueda calendárica”, la cual integraba elementos de los dos calendarios antes comentados para dar nombre a cada fecha. Para que se repitiera este colosal ciclo de nombres, tenían que pasar 52 años. Esta “rueda” estaba formada por 3 círculos:
- Círculo pequeño: formado por 13 números
- Círculo mediano: formado por los 20 signos del calendario tzolkín
- Círculo grande: formado por el calendario haab de 365 días, con sus 18 meses de 20 días y 1 mes de 5 días.
El calendario maya sigue abstrayendo a los especialistas por sus características complejas, tales como los precisos cómputos de corrección para su año solar y la extraordinaria exactitud de las tablas que describen los ciclos lunares y planetarios, señalando con precisión el paso del tiempo.
J.A.T.
Agradecimiento a: ¡Awake! 08/04/2005, pág. 31