Hagere Ertra (en tigriña) y Dawlat Irītriyā (en árabe) son las denominaciones que recibe este país que conocemos como Eritrea. Este es una pequeña nación del noreste África, de unos 121.000 km2, fronteriza con Sudán (norte-noroeste), y Etiopía (sur) y Yibuti (sureste). El este está bañado por el Mar Rojo, de ahí, posiblemente, parte el motivo del que se le conozca como Eritrea, tanto proveniente del árabe “Irītriyā”, del griego antiguo “Eritros” (“rojo”), y del latín “Eryzrea Zalassa” (“Mar Rojo”), nombre dado por los colonizadores italianos. Su capital es Asmara.
Bandera: Está basada en la bandera ondeada por el Frente Popular para la Liberación de Eritrea en su lucha por la independencia.
Color verde: simboliza la economía agrícola y ganadera de Eritrea.
Color rojo: significa la sangre derramada durante la lucha por la independencia de Eritrea.
Color azul: representa la riqueza marina
Color amarillo: representa la riqueza mineral de Eritrea
Corona de oliva y la rama: provienen de la primera bandera nacional de Eritrea que se utilizó entre 1952 y 1961; la corona de olivo fue adoptada de la bandera de las Naciones Unidas y simboliza la paz.
Escudo: El escudo de armas de fue adoptado el 24 de mayo de 1993, fecha en que el país se declaró independiente de Etiopía.
Se trata de un emblema circular, más que un escudo heráldico, con la representación de un dromedario en colores naturales rodeado por una guirnalda de hojas de olivo.
En la parte inferior hay una cinta con el nombre oficial del estado, en los idiomas oficiales: Inglés (centro), Tigriña (izquierda) y Árabe (derecha).
Habitantes: Según el diario económico EXPANSIÓN/Datosmacro.com, tiene unos 5.069.000 habitantes (2017), aunque nadie lo sabe a ciencia cierta pues su gobierno no ha censado la población desde hace muchos años. Se halla en el puesto 120 de 196 países que componen la tabla de población mundial de este medio de comunicación. Su densidad de población es moderada con 43 habitantes por km2. El 50,03% de la población es femenina y el 49,97 %, masculina. Solo el 0,32 % de la población es inmigrante. Alrededor del 66% pertenece a las etnias Tigriña y Tigré.
Idiomas: trigriña, árabe e inglés (oficiales). También se habla tigré afaro, bilín, kunama, nara e italiano.
Religión: El 62,9% son cristianos coptos, los habitantes tradicionales de las tierras altas, que hablan trigriña. Otro 36,2% son musulmanes sunníes, y habitan las zonas bajas de oeste y de la costa. El resto perteneces a grupos pentecostales, Testigos de Jehová y otros grupos religiosos.
Economía: Apenas tiene incidencia en el mundo económico, pues la pobreza es una de las principales “características” de este país. Cabe decir que lo que los eritreos emigrados envían a su país supone el 30% del P.I.B. de Eritrea. Este P.I.B. está en el puesto 165 del ranking de 196 países, por lo que su calidad de vida es de las peores del mundo. Es el 2º por país para hacer negocios.
Pese a tener una posición comercial estratégica en el Mar Rojo y reservas minerales muy importantes de mármol, granito, plata, cobre, zinc, oro y sílice, lo cierto es que eso no repercute en la población, que ha padecido hambrunas (la última en 2011).
Eritrea es un país que obtuvo su independencia en abril de 1993. Isaias Afewerki es su presidente de facto desde 1991 y elegido el 24 de mayo de 1993 tras un referéndum para aprobar la nueva constitución, lo que se consiguió con el 95% de los votos.
Solo tiene un único partido político autorizado y las elecciones nacionales se han pospuesto repetidamente. Estaban previstas para 1997; pero nunca se celebraron. Aunque en ese año se aprobó una nueva constitución, todavía no ha entrado en vigor. Otras elecciones se habían previsto para 2001; pero fueron aplazadas indefinidamente. En 2002, la asamblea transicional aprobó el principio del pluralismo político: no se llegó a elaborar una ley de partidos.
Esto revierte directamente sobre las libertades –o mejor dicho, la falta y represión de las libertades-, y hace que los eritreos huyan del país; pero eso lo comentaremos en el próximo capítulo.