Opinión de los expertos sobre los “expertos”
En la 1ª parte del artículo nos preguntábamos si los “expertos” que manejan estos asuntos están realmente capacitados para hacerlo. Veamos qué piensan algunos verdaderos expertos.
El Sr. Roman Lunkin, director del Centro de Estudios de la Religión y la Sociedad del Instituto Europeo de la Academia Rusa de las Ciencias, en Moscú, expresó que ninguno de los supuestos “expertos” que analizan el caso de los TJ tiene un título universitario en Estudios Religiosos. Es más, esos “expertos” se basan en documentos que les ha entregado una organización ortodoxa radical conocida por oponerse tanto a los TJ como a muchas otras confesiones religiosas.
Una prestigiosa profesora de Sociología de Moscú, Ekaterina Elbakyan, que estuvo presente en dos juicios contra los TJ en calidad de experta para el Tribunal de Apelaciones, dijo que los actuales estudios religiosos en Rusia no los realizan especialistas, con el agravante además de no tener libertad para exponer sus verdaderas conclusiones.
Enfoque equivocado
Todo muestra que esta situación es arbitraria, absurda… ¡vergonzosa¡, y obedece a otros intereses. Así parece, según se desprende de la opinión del profesor estonio de Política comparada, Alar Kilp: “Las crisis y los conflictos políticos suelen salpicar también a la religión. Las razones de esta intensa lucha contra el extremismo en Rusia son políticas, no religiosas. En la actualidad, los testigos de Jehová de Rusia son víctimas, no culpables.”
Un miembro de la Academia Británica expresó que ciertos elementos de la Iglesia Ortodoxa rusa se confabulan con las autoridades para sacar adelante sus propios intereses y deshacerse de aquellos a los que consideran “competencia”. Así, se utiliza la ley rusa contra el extremismo para expulsar del “terreno de juego” a los TJ.
La misma Sra. Elbakyan —profesora antes mencionada—, haciendo referencia a su propia experiencia en el estudio de la vida de los TJ en Rusia, expone que no puede calificarse de extremista (por razones aún no entendidas y ni siquiera explicadas) a una organización con una trayectoria pacífica de más de 100 años.
El Sr. Lunkin, también ya referido, indica que la política que está siguiendo el gobierno ruso es xenófoba y está unida al rechazo de la influencia occidental (quizá por el hecho de que los inicios de esta confesión religiosa se originaran en EE.UU.).
La ucraniana Liudmyla Fylypovych, profesora y directora del Departamento de Historia de las Religiones de la Academia Nacional de Ciencias fue muy clara en sus declaraciones, diciendo que los TJ son del desagrado de las autoridades porque no ven a a la clase política como máxima autoridad sino a su Dios. Por ello, la decisión está tomada: deben desaparecer de Rusia, y los tribunales dan la apariencia de legalidad para conseguirlo. Añadió que, para luchar contra el extremismo, la propia Rusia está utilizando métodos extremistas, lo cual solo puede hacernos temblar.
Ringo Ringvee, consejero de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior de Estonia opina que los gobiernos tienen problemas mucho más graves que atender y que no deben perder el tiempo con los TJ, los cuales no se meten en política y tan solo esperan, pacíficamente, la llegada del Reino de Dios.
Sir Andrew Wood, quien fue embajador en Rusia entre 1995-2000, dijo: “En realidad, las leyes rusas condenan las opiniones que, por lo que sea, molestan a los que están en el poder. Esto queda probado por cómo las usan contra los TJ. Que yo sepa, los TJ jamás han incitado a la violencia, sino todo lo contrario”.
Los expertos internacionales que han expresado su opinión sobre este asunto coinciden en que si hay algo de extremismo en este asunto es la reacción y comportamiento de las autoridades rusas. Entienden que la ley rusa define “extremismo” como “algo que fomenta conflictos raciales, étnicos o religiosos”, lo que no encaja con los TJ puesto que, como estos mismos expertos inciden, son una organización multirracial e internacional compuesta por personas de toda raza, etnia, idioma, cultura o status social.
Una última opinión, y esta más cercana a nosotros. El Dr. Javier Martínez-Torrón, catedrático de Derecho y director del Departamento de Derecho Eclesiástico del Estado de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, se expresó así: “No estoy de acuerdo con algunas de sus creencias; pero pienso que es inexacto y desproporcionado llamar a los testigos de Jehová extremistas con el sentido que las autoridades rusas pretenden dar a ese término”.
En la próxima y última parte del artículo expondré mis conclusiones, tomando como base, un prestigioso informe que me sirvió como una confirmación más de que las noticias expuestas y que me habían llegado de parte de los TJ son ciertas hasta el extremo.
EL OBSERVADOR PREOCUPADO
Agradecimiento fotos: JW.ORG
Nada puede añadirse a este documento excelentemente redactado, sin otros argumentos que la razón y la honestidad. Amén de los comentarios de respetadas personalidades, a las que me sumo en sus opiniones.
Hago mía la idea presentada en el artículo, que hay cosas mucho más importantes que atender buscando soluciones, que buscar extremismos donde a todas luces no los ha habido ni los hay.