HISTORIA DEL CABELLO: LOS HEBREOS. ¿Cómo era su cabello? ¿Cómo consideraban la calvicie? ¿Quiénes eran los nazareos? ¿Por qué hay judíos pelirrojos, rubios, castaños?

Según el relato bíblico, los antiguos hebreos provienen de la parte Sud Oriental de la Mesopotamia, que era la antigua Caldea, y se asientan en la tierra de Canaán, que es hoy Israel y Palestina, hace cerca de 4.000 años.

Como pueblo de origen caldeo, su apariencia debe haber sido similar a los pueblos semíticos de la región. Los hebreos no dejaron ningún bajorrelieve ni ninguna estatuilla que representara su fisonomía, pero el tipo hebraico está descripto en la Biblia y en monumentos asirios y egipcios se conservan imágenes de ellos. En base a estas referencias se puede deducir que eran de piel oscura con características melanodermas, es decir folículos pilosos elípticos, casi paralelos a la piel, que dan cabellos rizados y con alta producción de melanina negra, o sea cabellos negros.

En El Cantar de los Cantares, atribuido al rey Salomón en el Cap. V, 11, la Sulamita dice que los cabellos de su amado son negros como «las alas de un cuervo», y rizados en bucles.

En cuanto a los cabellos de la Sulamita, dice que son «negros como una tropilla de cabras». Usaban el cabello largo, y era espeso y ondulado.

Se cortaban el cabello en señal de duelo por los difuntos, o como muestra de aflicción o humillación por el pecado cometido. En el Deuteronomio, (Cap. XIV, v. 1) se puede leer: “…no cortarás tus cabellos ni afeitarás tu cabeza por los muertos». Los Nazareos hacían el voto de no cortarse jamás el pelo, a la manera de Sansón. En Levítico (19:27) se puede leer: «No afeitaréis vuestras cabezas ni recortaréis las puntas de vuestra barba». Entre los hebreos la calvicie era considerada no sólo un defecto, sino también una maldición. «Y habrá vergüenza en sus rostros, y calvicie en sus cabezas» (Ezequiel, 7:18).

En los tiempos del rey David, el cabello era un precioso ornamento y cuanto más largo se usaba, más estimado era. Acostumbraban a matizarlo con polvo de oro; Flavio Josefo (38-101), el historiador judío romano, nos dice en sus «Antigüedades Judías» que el rey Salomón y sus guardias derramaban diariamente en sus largas cabelleras partículas de polvo dorado, que hacía brillar sus cabellos a los rayos del sol.

Los hebreos acostumbraban untar sus cabelleras con varios tipos de aceites. Usaban también aceites perfumados, que vertían sobre las cabezas de sus visitantes en señal de bienvenida. «Prepararás una mesa para mí, frente a mis enemigos, y ungirás con óleo mi cabeza; mi copa estará rebosando» (Salmos 23:5).

Los judíos actuales muestran marcadas diferencias con los antiguos hebreos. Después de la Diáspora (dispersión por el mundo en el año 70 luego de un conflicto con el Imperio Romano) se mezclaron con las poblaciones de Europa Central (ashkenazis) y el Norte de África y España (sefardíes). Hoy hay judíos pelirrojos, rubios, castaños, y con todo tipo de variación posible. En Etiopía viven los falashas, judíos negros que se consideran los verdaderos descendientes de los antiguos hebreos.

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Fuente: http://thehistoryofthehairsworld.com/antiguedad_cabello_2a_parte.html