CHICHÉN ITZÁ:
EL JUEGO DE PELOTA Y EL CENOTE SAGRADO
EL JUEGO DE PELOTA
En la lengua náhuatl se denomina teotachtli o «lugar de los dioses de juego de pelota».
Este el más grande de toda Mesoamérica con 166 m. de longitud x 68 metros de anchura, y tiene 12 metros de altura con aros de piedra para el juego e intrincados tallados de serpientes entrelazadas en las paredes. Aunque este es el más grande, en Chichén Itzá hay en total 13 “Juegos de Pelota”.
El lugar de juego de Chichén Itzá era tan grande debido a su carácter ceremonial, pues solían hacerse ruegos a los dioses para que lloviera, por ejemplo.
Para conocer la historia del juego de pelota, ver la entrada «Cultura maya: El juego de pelota»
EL CENOTE SAGRADO
Es un cenote a cielo abierto de unos 60 m. de diámetro, con paredes verticales de unos 15 m. hasta superficie del agua, y 13 m. de profundidad.
El Cenote sagrado de Chichén Itzá era considerado uno de los más importantes lugares de peregrinación de los mayas, algunos viajando grandes distancias para llegar a él. Los restos y joyas descubiertos en su interior confirman la teoría de que se utilizaba para ceremonias religiosas en honor a Chaac, dios de la lluvia.
A principios del siglo XX un arqueólogo y cónsul estadounidense, Edward Herbert Thompson (1857-1935), Escuchó acerca leyendas acerca de que en el cenote de Chichen Itzá se sacrificaban doncellas ricamente ataviadas, así que compró la propiedad, dragó el cenote entre 1904-1911 y extrajo numerosos objetos de cobre, oro, ónix y jade, ropas y armas de madera, y hasta esqueletos humanos y de animales que envió ilegalmente a su país vendiéndolos, principalmente al Museo Peabody de Massachusets.
En 1926, el gobierno mexicano expropió los terrenos en donde se encontraba la entonces «Hacienda Chichén» y demandó a Thompson, acusándolo de haberse apropiado de manera ilegal del patrimonio. El litigio se prolongó hasta el año 1945, año en el que la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló en favor de los herederos de Thompson, dictaminando que Thompson había comprado la propiedad de manera legal y, al no existir leyes de protección al patrimonio, El norteamericano tenía el derecho de explorar y exportar lo encontrado en el cenote de su propiedad. Aunque el arqueólogo había fallecido en 1935, la propiedad fue devuelta a sus herederos. Posteriormente, después de diversas gestiones del gobierno mexicano, volvió a México, en 1970 y en 2008, una buena cantidad de las invaluables piezas arqueológicas, las mismas que se encuentran al cuidado de diversos museos mexicanos.
Aparte del aspecto legal, muchos expertos de entonces —y ahora— consideran que Thompson actuó con dolo y una total falta de ética, saqueando el cenote.
(J.A.T.)
Agradecimiento foto “Juego de Pelota”: CC BY-SA 3.0
Agradecimiento foto «Cenote sagrado»: Giovanirvp – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0
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Chichén Itzá: El Juego de Pelota y el Cenote sagrado