Es un paraje natural de formaciones rocosas calcáreas o calizas formadas a lo largo de miles de años por la acción del agua, el viento y el hielo. Se halla ubicada en la provincia de Cuenca y el 11 de junio de 1929 fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional.
La disparidad de las rocas en cuanto a su morfología, composición química y grado de dureza ha hecho que el desgaste de las rocas sea desigual por los elementos atmosféricos, dando como resultado una sorprendente exposición de arte pintoresco proveniente de la misma naturaleza. A las caprichosas y espectaculares formaciones existentes hay que sumar lapiaces, torcas y sumideros.
Se cree que su origen se remonta a unos 90.000.000 de años, cuando el mar de Thetis cubría gran parte de lo que actualmente es la Península Ibérica y la zona que hoy conforma la Ciudad Encantada formaba parte del fondo. Era una zona de aguas tranquilas donde existió una importante deposición de sales, principalmente carbonato cálcico, provenientes de los esqueletos de los animales de la zona y de la porción disuelta en el agua.
Posteriormente, la orogenia alpina originó la elevación del terreno, pasando a formar parte de la tierra emergida parte de la superficie que antes era fondo marino.
Su recorrido es de unos 90’, durante 3 kilómetros, con balizas marcadas en color turquesa para la ida, y de color rosa par la vuelta. Encontraremos formaciones como el Tormo, los Barcos, el Tobogán, la Cara del hombre o el Mar de piedra, entre otras.
Aquí podemos encontrar flores llamativas y una flora singular. Asimismo, es lugar habitado por ciervos, zorros, tejones, ardillas rojas o mirlos.
Federico García Lorca le dedicó un soneto en 1935, escrito a mano en un folio con membrete del Hotel Victoria de Valencia: El poeta pregunta a su amor por la Ciudad Encantada de Cuenca.
J.A.T.