La Mezquita
La Mezquita-Catedral de Córdoba fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984 y se ha constituido en seña de identidad de la ciudad, siendo el monumento más importante del Islam en occidente y uno de los más extraordinarios del mundo con sus elementos y decoraciones. Aglutina diferentes estilos arquitectónicos como el omeya, el gótico, el renacentista y el barroco.
La Mezquita-Catedral ha estado dedicada a la adoración de diversas divinidades. En tiempo de los visigodos (siglo VI), aquí se hallaba la Basílica de San Vicente Mártir. Posteriormente y durante algún tiempo fue compartida por musulmanes y cristianos. Mas, a medida que la población musulmana iba en aumento, hacia el 780-785, Abd al-Rahman I (Abderraman I) la adquirió en su totalidad y se derribó para construir la primera Mezquita principal de la ciudad. A partir de 1236, tras la Reconquista de Córdoba por Fernando III El Santo, se ha venido utilizando como Catedral.
La Mezquita tenía unos 23.400 m2, siendo la 2ª mezquita más grande del mundo (por detrás dela Mezquita de La Meca). Después sería superada por la Mezquita Azul de Estambul (1588).
El mihrab (considerado el Sancta Santorum de la mezquita) es una pequeña habitación de las mezquitas que indica el lugar hacia donde hay que mirar cuando se reza. Generalmente está ubicado en el muro de la quibla el cual está orientado normalmente hacia la ciudad de La Meca; pero, en este caso, tal como era habitual en las mezquitas de Al-Ándalus, el muro de la quibla no se orientó hacia la Meca sino unos 51º más al sur.
Se destaca la Bab al-Wuzara (Puerta de los Visires) –foto derecha- también (conocida como Puerta de San Esteban) por ser la más antigua del edificio, construida como puerta occidental de la primera mezquita.
La Mezquita fue recibiendo diferentes mejoras y ampliaciones que comentamos seguidamente.
La Mezquita de Abd al-Rahman I
El primitivo templo omeya de Abd al-Rahman I (terminado hacia el 788) estaba formado por 11 naves longitudinales en dirección norte-sur. Aquí se utilizaron fustes de capiteles y columnas de origen romano y visigodo. Un hecho particular de esta primera mezquita y de las posteriores ampliaciones es su orientación sur, al igual que la mezquita de Damasco, también de los omeya.
Como novedad, se incorporan los arcos de herradura del arte visigodo y que el Islam lo adoptará como propio y símbolo de su arquitectura, recurriéndose a arcos dobles para dar mayor estabilidad, altura e iluminación: el inferior, de herradura, y el superior, de medio punto.
También se aplica la alternancia de ladrillo (color rojizo) con piedra caliza (amarillenta) dándole esos dos tonos que, según señala, parece inspirarse en el acueducto romano de Los Milagros (Mérida).
A Abd al-Rahman I le sucede su hijo Hisham I (Hixem I), y termina el sahn o patio que da acceso al iwan –un pabellón cerrado por 3 lados) donde se halla en sabil (fuente pública para las abluciones).
También erige el primer alminar o minarete de la Mezquita, de planta cuadrangular, que después fue derribado por Abd al-Rahman III, quien construyó otro.
Posteriormente, la Mezquita será objeto de numerosas ampliaciones y transformaciones hasta llegar al estado actual.
Dentro de los cambios que fue sufriendo podemos destacar su ampliación hacia el norte en tiempos de Abd al-Rahman III, derribándose el antiguo alminar de Hisham I y la ampliación hacia el este realizada por Almanzor.
En época islámica funcionaba como lugar de realización de actividades públicas (administración de justicia, enseñanza). Los arcos del oratorio al patio estaban abiertos. En el diseño original se estableció un patio porticado (las galerías las inició Abd al-Rahman I y las terminó con Hisham I, quien construye el alminar y la sala de abluciones).
En la zona norte se halla el Patio de los Naranjos que se inició como Patio de las Abluciones de la mezquita de Abd al-Rahman I. Su nombre viene dado por los naranjos plantados en hileras, teniendo una largura de 130 m. y una anchura de 50 m.
Bajo los naranjos se halla un gran aljibe, del siglo X, que aseguraba el agua necesaria para las purificaciones de los musulmanes. En el siglo XIII tenía plantadas palmeras, y conocemos que había naranjos desde el siglo XV. En el siglo XVIII se añadieron olivos y cipreses.
Se llevó a cabo una ampliación –entre los años 833 y 855-por Abd al-Rahman II ante la necesidad un haram (oratorio) de mayor capacidad debido al crecimiento de la ciudad. Añadió 8 arcadas cuyas columnas de sujeción son de mármol blanco provenientes del teatro de Mérida.
Hacia el año 929, Abd al Rahman III se proclama califa, y Córdoba llega a convertirse en la capital del mayor y más influyente reino islámico de occidente. Éste hizo una ampliación del patio y construyó un nuevo minarete que serviría de modelo para los alminares almohades y campanarios mudéjares.
En el año 961, siendo califa Alhakem II, se llevarán a cabo las más grandes ampliaciones, añadiéndose 12 tramos al oratorio, así como el mirab –decorado en mármol labrado– y la cúpula octogonal central de arcos entrelazados de la quibla.
Será Al-Manṣūr “el Victorioso”, más conocido como Almanzor, quien realice la última gran ampliación (hacia el Este) a finales del siglo X, afectando al oratorio y al patio, añadiendo 8 naves más. El declive y la inevitable caída del califato puede percibirse en la pobreza de materiales empleados en esta zona.
La Catedral
Fernando III de Castilla, tras la reconquista cristiana de Córdoba en 1236, convirtió la mezquita en catedral, sufriendo diversas alteraciones que acabarán configurando la actual Catedral de Córdoba.
En 1371 fue terminada la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba, en la que estuvieron sepultados los reyes Fernando IV y Alfonso XI hasta 1736, fecha en la que los restos de ambos se trasladaron a iglesia de San Hipólito de Córdoba, donde reposan hoy en día.
En el siglo XVI, el obispo Íñigo Manrique consigue que el emperador Carlos V le conceda permiso para construir una nueva capilla en el interior de la Mezquita. Tanto el obispo como el rey coinciden en la necesidad de respetar la ampliación de Alhakem II. Pero, finalmente se construirá esta catedral cristiana con las características del Renacimiento. Después se lamentará de esto al expresar la famosa frase:
“habéis destruido lo que era único en el mundo y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”.
En 1523, la Catedral de Córdoba fue proyectada y comenzada por el arquitecto Hernán Ruiz I El Viejo, y la continuarán la edificación su hijo Hernán Ruiz II El Joven –quien también fue Maestro Mayor de la Catedral de Sevilla-, su nieto Hernán Ruiz III y el maestro Juan de Ochoa.
(J.A.T.)
Agradecimientos a:
Foto Puerta de Bab al-Wuzara: José Luis Filpo, CC BY 2.0
Foto cabecera: Toni Castillo Quero, CC BY-SA 2.0
Foto Crucero: José Luiz Bernardes Ribeiro, CC BY-SA 3.0