París: Basílica del Sacré Coeur
Montmarte es una colina de unos 130 m. de altura sobre el nivel del Sena, cuyo nombre significa “Monte de los Mártires”, donde según se cree, el primer obispo de París, Saint-Denis, y sus seguidores fueron martirizados, y donde estuvieron Juana de Arco, Ignacio de Loyola, San Vicente de Paul, entre otros.
En lo alto de esta colina está situada la Basílica del Sacré Coeur (Sagrado Corazón), desde donde se contemplan unas vistas magníficas de París. Anteriormente había una abadía benedictina; pero en la Revolución Francesa fue destruida y los religiosos fueron guillotinados.
Tras la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), Francia fue derrotada. En 1873, la Asamblea Nacional determinó construir en esta colina una basílica en memoria de los caídos en esta confrontación, y según sus promotores, como una forma de expiación de culpas.
Paul Abadie y, tras fallecer, otros 5 arquitectos más se encargaron de su construcción, que se inició en 1875 y se completó en 1914, siendo consagrada como basílica a los 5 años de su construcción, en 1919.
Las dimensiones de Sacré Coeur hablan por sí solas: 83 m. de longitud, 35 m. de anchura y una torre de 83 m. de altura. En su interior, el cielorraso es un enorme mosaico de 475 m2, que representa el Sagrado Corazón de Jesús.
La Basílica ofrece la posibilidad de su subir hasta su cúpula para contemplar la ciudad. También se puede visitar su cripta; pero no merece la pena pagar por visitarla ya que no ofrece nada especial.
Para llegar a la Basílica se puede utilizar el Funicular. Comenzó a funcionar en el verano de 1900. Desde su inauguración ha sido reconstruido y remodelado en varias ocasiones, la última en 1991. Actualmente es eléctrico y transporta más de 2.000.000 de pasajeros cada año. El trayecto dura poco más de 1 minuto y está totalmente automatizado, ya que los vehículos carecen de conductores.
Como curiosidad, en sus inicios el funicular estaba impulsado hidráulicamente utilizando un sistema de cisternas que se llenaban y vaciaban según la carga de pasajeros.
La subida que realiza el funicular sustituye a 197 empinados escalones, por lo que merece la pena pagar el billete, sobre todo los días calurosos. Funciona de 6:00 h. a 00:45 h. Debido a que la taquilla cierra por la noche, es mejor llevar los billetes comprados de antemano.
En los alrededores de la basílica hay muchos restaurantes, tiendas y un ambiente muy especial y al pasear por la zona descubriremos por qué recibe el nombre de “Barrio de los Pintores”.
J.A. Talz