Japón: el bonsái

BONSÁI

Bonsái es una palabra japonesa que literalmente significa bon = ‘bandeja’ y sai = ‘cultivar’, y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, reduciendo su tamaño mediante el trasplante, la poda, el alambrado, el pinzado, y modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza. Algunos pueden alcanzar los 600 años de edad como uno que hay en Osaka.

Aunque este técnica fue llevado al Japón hace unos 800 años, el arte se originó hace unos 2.000 años, en China, como objeto de culto para los monjes taoístas, para quienes era un símbolo de la eternidad. El árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. La idea era desarrollar las características de un árbol natural en uno cultivado en un recipiente. Se mantiene pequeña dándole forma, podando el tronco, las raíces y las hojas cada cierto tiempo.

Casi cualquier especie de árbol puede ser cultivada como bonsái. No obstante, las más apreciadas por los aficionados son las que tienen hoja pequeña y que sea resistente al cultivo en maceta, como por ejemplo, el arce, el pino silvestre, el olmo, el rododendro (o azalea), la higuera, el olivo, el enebro, el ciprés, etc.

Se clasifican por su tamaño, número de troncos que parten de una raíz, apariencia, número de árboles plantados en un grupo o por el tipo de base en la que han sido plantados. La clasificación por su altura es:

Shito o Keshitsubu: miniatura por debajo de los 5 cm.
Mame: entre 5-15 cm.
Shohin: menos de 25 centímetros.
Komono o Kotate Mochi: entre 15-31 centímetros.
Chumono: entre 30-60 centímetros.
Omono: entre 60-120 centímetros.
Hachi-Uye: más de 130 centímetros.

La clasificación por la forma y posición de su tronco es:

Chokkan: Vertical formal.
Moyogi o Tachiki: Vertical informal.
Shakan: Inclinado, con no más de 45º.
Kengai: Cascada, cuyo extremo final está por debajo de la base del tiesto.
Han-Kengai: Semicascada, cuyo extremo final hacia la mitad de la altura del recipiente.
Fukinagasi: “Barrido por el viento”. Simula a los árboles que han estado expuestos a vientos que siempre soplaban en la misma dirección.
Bunjin: Busca simular la caligrafía oriental. Es de origen chino y se caracteriza por tener un tronco muy esbelto y una copa casi nula (solamente en la corona del mismo).
Neagari: Raíces expuestas, usando cualquiera de los estilos de tronco descritos pero donde las raíces del árbol se encuentran visibles, usualmente sobre una roca.