LAS GEISHAS
El término geisha literalmente significa “persona de las artes”. Estas mujeres gozan de prestigio social y algunas se convierten en figuras mediáticas en el país.
Existe el malentendido de que las geishas son prostitutas de alto standing. Quizá sea debido a la comparación con las “oirán”. De hecho, una geisha no atiende únicamente a varones; también tienen clientes femeninos. Incluso acudían como acompañante en cumpleaños tanto infantiles como de adultos.
Aunque es cierto que algunas geishas se ganan la vida prostituyéndose, ninguna necesita rebajarse de esa forma. Una geisha es una artista, y si es buena, tiene trabajo y recibe regalos costosos y propinas generosas de los clientes. Canta, baila y conversa, y las aprendices (maikos) desde temprana edad dedican años de formación a mejorar sus habilidades para estimular el disfrute intelectual.
Hay variaciones en la forma de vestir que diferencian a la geisha de la maiko. Un rasgo clave es el han eri o cuello del kimono. Por lo general, la geisha lo llevará blanco y la maiko lo llevará con bordados rojos. El tono del rojo indicará en qué punto se halla. Si es muy joven y está en el inicio de su instrucción el color rojo será muy intenso. Cuando está a punto en convertirse en geisha quizá lleve el cuello con bordados blancos y no rojos. La geisha nunca lleva bordados en su han eri.
Por otra parte, la relación con el cliente no es sólo económica; la geisha le considera un mecenas y establece con él una relación afectiva y social profunda en la que el dinero es una necesidad que el cliente satisface para la artista.
Básicamente su trabajo consiste en atender y entretener a los clientes. Cuando hombres acaudalados, personajes famosos del mundo del deporte, del espectáculo, de los negocios y de la política organizan una cena especial en algún establecimiento selecto, llaman a una casa de geishas y solicitan sus servicios: amenizar la velada y encargarse de que todos los invitados pasen un rato agradable y vuelvan a casa satisfechos. Tienen que prever lo que necesita cada invitado y proporcionárselo incluso antes de que se dé cuenta de que lo necesita.
Deben cambiar rápidamente de “registro”: de estar conversando pueden pasar a cantar, a bailar o a tocar un instrumento según la melodía o canción que solicite el cliente. Algunas de ellas dominan una o varias de las artes tradicionales japonesas: ikebana (composiciones florales), los 3 estilos de música que se toca con el shamisen (instrumento musical japonés de 3 cuerdas), el taiko (tambor), el shakuhachi (una flauta de bambú), la danza japonesa, o Sadō (ceremonia del té). También estudian teatro, poesía y literatura. Deben estar informadas de las noticias pues se les puede preguntar su opinión.
Las geishas fueron bastante comunes en los siglos XVIII-XIX. Hoy en día, aunque existen, su número ha disminuido notablemente. Hacia los años 1920 había unas 80.000 geishas en Japón; hoy habrá alrededor de 1.000.
J.A.T.
Agradecimiento: “¡Awake!” 22/02/1996