La Judería de Toledo: La Casa del Judío y el Alcaná
En la Travesía de la Judería, nº 4 se encuentra la conocida como Casa del Judío. La leyenda dice que esta casa perteneció al judío Ishaq, quien prestó dinero a la reina Isabel La Católica a cambio de sus joyas para financiar el viaje de Colón a América.
Se trata de una vivienda cuyos orígenes se pueden datar en los siglos XIV-XV con reminiscencias mudéjares y posibles usos litúrgicos hebreos, acompañada con adaptaciones y transformaciones en los siglos posteriores El patio conserva multitud de yeserías con arcos de herradura y una rica lacería mudéjar. En el sótano se conserva un baño litúrgico judío o micvé, cuya función era la purificación espiritual y preparación para algún suceso importante en la vida de un judío. Durante su restauración se han descubierto en estancias adyacentes enfoscados hidráulicos a la almagra y un aljibe que ayudan a apoyar la teoría sobre su uso.
Otro elemento de gran relevancia para su estudio arqueológico es una pieza de madera utilizada como dintel de acceso al sótano, donde se puede observar el trabajo de tallado con motivos florales, a base de tímpanos y roleos, acompañando un repertorio epigráfico cuya transcripción dice:
Gracias te doy, porque me has respondido.
en referencia al texto bíblico del Salmo 118:20-21
«Aquí está la puerta de Yahveh
[nombre divino], por ella entran los justos. Gracias te doy, porque me has respondido, y has sido para mí la salvación.»Este texto daba la bienvenida a todos aquellos fieles y puros al interior de la casa.
EL ALCANÁ [Desaparecido]
Famosa entre las calles comerciales fue el alcaná de Toledo, que reunía lo más granado del comercio y que, aun después de expulsados los judíos, siguió siendo lugar señalado. El alcaná de Toledo estaba en la judería menor de la Edad Media.
Durante el período islámico, las tiendas situadas alrededor de la mezquita mayor se agrupaban en unas calles que se cerraban por la noche. Este conjunto era designado con el nombre de alcaicería. El termino alcaicería se utiliza aún en el siglo XII en un documento de donación.
A partir del siglo XII, las tiendas, en árabe, aljanat, se denominan con su nombre hispanizado: el Alcaná de Toledo era conocido en toda España.
El Alcaná figura en numerosos documentos de venta o de donación de casas a lo largo del siglo XIII.
En 1218, por ejemplo, el arzobispo de Toledo dona a un familiar del Papa Honorio III todas las tiendas que poseía en el alcaná infra muros Toltane ciuitatis.
Un documento de la catedral de 1234 menciona que el cabildo poseía allí 25 tiendas y un mesón.
En 1283, leemos que se ha vendido una casa cerca del Alcaná e la calle que va cerca de la iglesia de la santa Trinidad.
El área que ocupaba a fines del siglo XII y en el transcurso del XIII es desconocida.
En el siglo XIV, el término Alcaná designa el barrio comercial junto a la catedral de Toledo, en el que el arzobispo Pedro Tenorio se propone construir el claustro de la Catedral. A consecuencia de un incendio gran parte de las tiendas quedaron destruidas y sus ocupantes tuvieron que alojarse en las tiendas de la calle de los Atalares.
Este incendio facilitó la disponibilidad de los terrenos necesarios para la edificación del Claustro. Al proyecto del propio Pedro Tenorio añadió el de una capilla dedicada a San Blas y lo financió dotando a la capilla con las 84 tiendas del Rey y las tiendas de los escribanos dadas por don Lope y su esposa doña Fátima, criada mora de la reina Juana, mujer de Enrique III. Las tiendas del rey, situadas en las Cuatro Calles, adosadas unas a otras en la calle de los Atalares, se extendían al:
NORTE: entre la Herrería y la Escuela de los escribanos;
OESTE: la iglesia de Santa Justa.
SUR: La plaza de Cuatro Calles.
ESTE: la Pellejería y la Lencería.
El Alcaná en El Quijote
La Alcaná toledana es mencionada por Miguel de Cervantes en un pasaje clave de El Quijote, 1ª parte, capítulo IX, donde el autor nos transporta a este viejo espacio de Toledo:
Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y como soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado de esta mi natural inclinación tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía; vile con caracteres que conocí ser arábigos, y puesto que, aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese; y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua le hallara. […] luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de Don Quijote. con esta imaginación le di priesa que leyese el principio; y haciéndolo así, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de Don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo.
(J.A.T.)
Agradecimiento por la información y fotos a:
CAMINOS DE SEFARAD – Red de Juderías de España
Esperamos que haya sido de su agrado el artículo:
La Judería de Toledo:La Casa del Judío y el Alcaná