París: Trocadéro
Siglo XVI. Catalina de Médici construyó una residencia en esta colina de Chaillot, la cual después pasó a manos del Mariscal de Bassompière, a quien Richelieu envió a la Bastilla.
1651. El edificio fue comprado por la Reina de Inglaterra y reconvertido en convento. Posteriormente, Napoleón lo destruyó para hacerle un palacio a su hijo, aunque no llegó a llevarse a cabo.
Luego, con motivo de la Exposición Universal de 1878, en París, el rey Luis XVIII, construyó un palacio de estilo morisco –obra de Jean-Charles Alphand-, con 2 alas curvas de 195 metros unidas en una explanada que rodea la plaza central de gran tamaño, bordeada por estatuas de bronce y fuentes que dan a los Jardines del Trocadéro. Se le denomina Palacio del Trocadéro en honor de la Batalla de Trocadéro que tuvo lugar en la isla Trocadéro situada en la Bahía de Cádiz. Esta batalla, que tuvo lugar el 31 de agosto de 1823, fue una batalla que puso fin al Trienio Liberal español (1820–1823) y restauró al monarca absolutista Fernando VII, dando inicio a la «Década Ominosa» (1823–1833). La intervención de tropas francesas llamadas los Cien Mil Hijos de San Luis hizo acabar el enfrentamiento a favor del bando conservador que se enfrentaba a la revolución constitucional.
Después fue demolido en parte y reconstruido para la Exposición Universal de 1937 y ocupa una superficie de 93.930 m². La plaza es conocida por su célebre Fuente de Varsovia (1937), una obra del arquitecto Roger-Henri Expert, conformada por una serie de estanques en cascada que confluyen en una gran piscina rectangular con cañones de agua que lanzan chorros desde los bordes, y que, al atardecer, se embellecen con un impresionante juego de luces. La plaza contiene una gran cantidad de esculturas de la década de 1930, como El hombre, de Pierre Traverse, y La mujer, de Daniel Bacqué. Las fuentes se adornan de esculturas de bronce como Toro y gamo, de Paul Jouve, o Caballos y perro, de Georges Guyot.
Esta explanada y los jardines son parada obligada de cualquier turista que quiera tener la mejor visión completa de la Torre Eiffel.
J.A. Talz