Vía Appia Antica
En el artículo Las calzadas romanas comentábamos el valor de la red viaria romana que unió Europa y que contribuyó a la expansión del Imperio Romano, a la culturización de los pueblos e incluso a la expansión del cristianismo.
La Vía Appia, a la que los romanos llamaban Regina viarium (“Reina de los caminos”) empezó a construirse el año 312 a. JC., recibiendo su nombre del censor Apio Claudio el Ciego. El poeta y maestro latino Publio Papinio Estacio describió su importancia, describiéndola por su nombre común: “Appia longarum teritur Regina Viarium” («La vía Appia es conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas”). El libro A History of Roads lo llama “el primer tramo de camino pavimentado de la historia de occidente”.
Unía Roma con Capua (unos 196 km) en la línea más recta posible. Como ejemplo, el tramo de Roma a Terracina (90 km) se construyó en una sola línea recta. Después se amplió hasta llegar a Brundisium (hoy Brindisi) (casi 600 km). Unía las ciudades más importantes (evitaba las poblaciones menos importantes) desde Roma. Cada 24 km había paradas donde los viajeros podían aprovisionarse y dormir, así como cambiar de caballos o de medio de transporte.
El apóstol San Pablo, en su viaje como detenido para defenderse ante el César, tuvo que recorrer parte de la Vía Appia, desde Capua. Según el libro bíblico de Hechos de los Apóstoles paró en…
- Mercado o Foro de Apio: a unos 64 km de Roma. Era el punto acostumbrado en el que los viajeros hacían un alto después de un día de camino desde Roma. Esta estación de postas llegó a ser un activo centro comercial. El poeta romano Horacio decía que el “Foro de Apio estaba rebosante de marineros y de posaderos granujas”, “… el agua era malísima” y que era un lugar “lleno de marineros, negociantes y rufianes.” (Odas y sátiras, libro I, cap. V, secs. 1-6.)
- Tres Tabernas: a unos 50 km de Roma, donde los viajeros podían parar a descansar y tomar algún refrigerio.
También se pasaba por las Lagunas Pontinas (o Pantanos Pontinos), a unos 60 km de Roma. De noche se llevaba a los viajeros por el canal en barcazas tiradas por mulas. Esta era una insalubre región pantanosa muy incómoda de atravesar. Según Horacio tenía un olor nauseabundo, y estaba plagada de mosquitos y ranas.
Es curioso que la Vía Appia Antica es un cementerio. Está sembrada de cuerpos sepultados a los márgenes del sendero, ya que la ley prohibía los enterramientos dentro de la ciudad. Por eso, comenzaron a construirse sepulcros, tumbas y otros monumentos funerarios en esta calzada. Destaca la tumba de Cecilia Metella (dama romana e hija de un cónsul) o la del filósofo Séneca, que recordaban a los desaparecidos. Todos ellos estaban separados por grandes montículos de piedra que indicaban por 1ª vez en la historia la distancia a la urbe, los miliarium.
También se sembró de decenas de cementerios paganos, cerca de los cuales se construyeron, bajo tierra: las catacumbas romanas. En los primeros kilómetros encontramos las famosas Catacumbas de San Calixto: un oscuro laberinto de 4 pisos subterráneos, considerado, según parece, el cementerio oficial de la Iglesia de Roma.
Actualmente se conocen más de 60 catacumbas, con cientos de kilómetros. de galerías y docenas de miles de tumbas. Todavía quedan muchas por descubrir. Las más famosas en esta área de la Vía Appia son, por orden:
- San Calixto
- San Sebastián
- Domitila
Tras la caída del Imperio, la Vía Appia cayó en desuso. El papa Pío VI (1717-1799) ordenó restaurarla. Napoleón Bonaparte (1769-1821) y Benito Mussolini (1883-1945) supieron apreciar la grandeza de esta obra y apostaron por su conservación.
Entre la 2ª y 3ª milla de la Vía Appia desde Roma se halla la Villa del emperador romano Majencio.
Consta de 3 edificios principales: el palacio, el circo de Majencio y el mausoleo dinástico, diseñados en una unidad arquitectónica inseparable para homenajear a Majencio. Lo más conocido de este complejo es el Circo, el único de los circos romanos aún bien conservado en todos sus componentes arquitectónicos.
J.A.T.
Agradecimientos:
Foto cabecera: LisArt
Foto Circo de Majencio: ZeroOne