Ronda: Historia

 

Mencionar Ronda es recordar la Serranía de Ronda, o lo que es lo mismo, pensar en aquellos bandoleros que asaltaban caminos robando a los viajeros de las diligencias, recordando esa imagen “romántica” que ha dado, en especial, la televisión en películas o series como “Curro Jiménez”.

Pero, además de eso, Ronda va mucho más allá con una gran carga histórica rica en Patrimonio y acontecimientos y personajes importantes, especialmente en el llamado “arte del toreo” con grandes maestros que crearon una de las escuelas de la tauromaquia, la Escuela rondeña –con más más tendencia hacia el dominio y la sobriedad- en contraposición con la Escuela sevillana –más tendente a lo artístico-.

Veamos algunos apuntes históricos.

La mayoría apunta a que Ronda tuvo su génesis con los celtas (siglo IV a. JC), quienes la llamaban Arunda. Los fenicios se asentaron en Acinipo, una aldea cercana, también conocida como Ronda La Vieja. Después, los conquistadores griegos la denominaron Runda.

Pero la fundación de la Ronda actual llegó con Publio Cornelio Escipión El Africano, durante las Guerras Púnicas (contra los cartagineses), quien construyó un castillo –Arunda-, sede de la Orden Militar Arundensis, y que después se denominó Laurus (de “laurel”), y a su alrededor se estableció el primer asentamiento. Ya en tiempos de Julio César, tras su victoria sobre Pompeyo, alcanzó el rango de ciudad; así, tanto Ronda como Acinipo consiguieron la ciudadanía romana.

En el siglo V, con la caída del Imperio romano, Rechila, mandando a los suevos, conquista la ciudad. Después, la ciudad fue conquistada por Atanagildo y los bizantinos hasta que Leovigildo la integró en el reino visigodo. Tras estos, en el siglo VIII, son los musulmanes quienes le dan importancia a la ciudad, y Arunda pasa a ser Izna Rand Onda (“la ciudad del castillo”), siendo hasta el siglo XV una de las fortalezas más importantes de Al-Ándalus.

En el 711 el jefe bereber Zaide Ben Kesadi El Sebseki ocupa la ciudad sin resistencia, por lo que se consideró una plaza entregada y no fortaleza conquistada, nombrándose jefes y administradores de entre sus habitantes, los cuales sólo debían pagar un impuesto llamado capitación.

Desde mediados del siglo VIII hasta principios del siglo XI tuvieron lugar peleas entre los propios musulmanes, lo que provocó que otro jefe bereber Abu Nur Hilal Ben Abi Qurra entrara en la ciudad y fundara el Reino de la Taifa de Ronda (reino independiente), siendo el primer rey ocupando el trono entre 1015-1053 en una primera etapa, y después en 1058. En este tiempo se construye la mayor parte del patrimonio monumental del casco antiguo de Ronda.

En los siguientes siglos estuvo en manos de otras familias árabes –llegando a ser parte del Califato de Córdoba– hasta que Fernando el Católico, conquista la ciudad en el año 1485, tras asediarla durante bastante tiempo. Ese mismo año se fundó el Ayuntamiento de Ronda, con los mismos privilegios que otras ciudades como Toledo o Sevilla.

En 1501 los mudéjares –árabes que siguieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos- se sublevan y el levantamiento alcanza a Ronda y toda su Serranía, extendiéndose a gran parte de la provincia de Málaga, hasta que en 1571 se produjo la expulsión definitiva de los musulmanes.

A partir del siglo XVIII se inicia una regeneración económica, construyéndose el Puente Nuevo, que es símbolo e icono de la ciudad, y la Plaza de Toros, una de las más antiguas del mundo.

La invasión de la tropas francesas de Napoleón en 1808 hizo que se formara un foco de resistencia en la Serranía, provocando que, en su retirada, se produjera la destrucción parcial de la alcazaba musulmana y otras defensas de la ciudad. Durante este siglo y el siguiente está en auge el bandolerismo, con nombres tan famosos como Juan José Mingolla Gallardo «Pasos Largos» o José Ulloa «Tragabuches».

(J.A. Talz)

Esperamos que haya sido de su agrado el artículo: Ronda: Historia