El Golden Gate Bridge, o Puente Golden Gate (Puerta Dorada) es un puente que se halla en San Francisco (California), y es el símbolo más representativo de la ciudad. Su denominación se deriva del estrecho homónimo de Constantinopla -la actual Estambul (Turquía)- puerta que unía Europa con Asia.
Aunque no es el puente más grande de la ciudad, sí es el más famoso, estando catalogado como “puente colgante”, es decir, que la plataforma está por debajo que los cables de los que está suspendida. Los cables de este puente (formados por unos 25.000 cables individuales) tienen, cada uno, 1 metro de grosor con un peso de 12 toneladas. Los alambres que conforman la totalidad de los cables podrían dar la vuelta a la Tierra 3 veces.
La idea provino de Joseph Strauss, un ingeniero y constructor de puentes, entendió que para cruzar la bahía de San Francisco había que construir un puente. También fueron piezas claves en el éxito de esta empresa el diseñador Leon Moisseiff y el ingeniero Charles Ellis. Fue construido entre 1933-1937, con un costo de más de 75.000.000 de dólares, siendo en aquel tiempo -y durante 27 años- el puente colgante más largo del mundo. Tiene una longitud de unos 2.700 metros, suspendido de 2 torres de 227 metros de altura. Está hecho de acero, y cada torre tiene alrededor de 600.000 remaches.
Con 6 carriles (3 por sentido de la marcha), con un ancho de unos 27 metros, soporta un tráfico de unos 100.000 vehículos diarios, también admitiendo el tráfico de bicicletas y peatones en carriles protegidos. Se calcula que hasta el año 2002, habían cruzado el puente alrededor de 1.700 millones de vehículos. Tiene una altura de 67 metros sobre el nivel del agua para permitir el tráfico marítimo.
La parte negativa de este puente es que está considerado el 2º puente desde donde más personas se suicidan después del Nanjing Yangtze (China). La altura hasta el agua es de 75 metros lo que supone una caída de unos 4 segundos a una velocidad de 120 km/h, “con la fuerza de un camión chocando contra un edificio de hormigón”. La mayoría (un 98%) muere como consecuencia del impacto. Cerca de 5% sobreviven al primer impacto, aunque generalmente fallecen por lesiones internas, ahogamiento o por hipotermia. Cerca de 1.500 personas se han suicidado en la historia del puente. A partir de 2017 empezaron a construirse barreras anti-suicidios, esperándose que se terminen las obras en 2023.
J.A.T.
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