CULTURA MAYA: EL CACAO
Era un pueblo dedicado también a la agricultura donde el maíz, los frijoles y la calabaza eran elementos básicos de la alimentación maya, junto a la yuca, el algodón o el girasol. También cultivaron la vainilla y, en especial, el cacao, producto muy apreciado.
Cacao: En los primeros tiempos el consumo parece que fue en forma de una especie de “cerveza”; es decir, una bebida basada en la fermentación, más que de los granos del cacao, de la pulpa del mismo. Esta “cerveza de chocolate” podía cumplir una importante función ritual (es muy probable que se usara en las celebraciones de matrimonios). Bastante tiempo después, los mayas (entre otras civilizaciones mesoamericanas, como los olmecas) comenzaron a consumir el chocolate derivado de la pasta de los granos aliñada o aderezada con chile. En forma líquida y semi-líquida, el chocolate solía ser la bebida preferida de las realezas, que lo consumían en jícaras (unos vasos especiales). Asimismo (y con toda la razón) estaba considerado un alimento tonificante o energizante que se podía consumir mezclado en una masa de harina de maíz mezclada con chiles y miel.
Según la mitología maya, Kukulkán le dio el cacao a los mayas después de la creación de la humanidad, hecha de maíz por la diosa Xmucané. Los mayas celebraban un festival anual en abril, para honrar al dios del cacao, Ek Chuah, un evento que incluía sacrificios de perros y otros animales con marcas pintadas de chocolate, ofrendas de cacao, plumas, incienso e intercambio de regalos.
Asimismo, el cacao servía como moneda de cambio en transacciones comerciales. Al parecer, Cristóbal Colón fue el primer europeo que probó esta bebida, precursora del chocolate en su 4º viaje a América (1502). A su regreso a España llevó muestras de cacao a los Reyes Católicos, aunque no “triunfó” dado su aspecto sucio y su sabor picante y amargo.
El tiempo demostró el valor del cacao, no solo económicamente sino como fuente de energía ya que, tiempo después, Hernán Cortés, cuando probó este “brebaje” hecho por los aztecas, dijo que “cuando uno lo bebe, puede viajar todo un día sin cansarse y sin tener necesidad de alimentarse”.
(J.A.T.)