LA HORMIGA del género Crematogaster y la acacia tienen una simbiosis, es decir, una colaboración o asociación íntima entre organismos de especies diferentes para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital.
Un estudio explica esta colaboración entre dos especies tan dispares. A la jirafa le encanta comer las hojas de la acacia. Ésta ofrece alimento y refugio a esta hormiga. Cuando la jirafa empieza a comer las hojas de la acacia molesta a las hormigas, las cuales salen rápidamente y la atacan, por lo que la jirafa no se entretiene mucho en un solo árbol, sino que va de árbol en árbol. Aunque esta simbiosis no impide que la jirafa coma las hojas de este tipo de acacia, las hormigas consiguen que la depredación se reparta por toda la población arbórea.
Aunque por una parte la acacia depende de la protección de la hormiga para sobrevivir, por otra, necesita también insectos voladores que polinicen sus flores que las hormigas atacan y ahuyentan. Por eso, cuando los árboles se hallan en el punto máximo de fecundidad floral, segregan una sustancia que parece ahuyentar a las hormigas. Así les es posible a los insectos llegar a las flores “en el momento crucial”. Una vez polinizadas, las hormigas vuelven a cumplir su función de guardianas.
J.A.T.