Nombres árabes
Los apellidos de familia, transmisibles por generaciones, no se usaron en Europa hasta, aproximadamente, el siglo XII, y había una total libertad de usar los nombres que se quisieran. Los árabes no obligaron a los cristianos y judíos que vivían en sus dominios a cambiarse los nombres, y ellos usaban los suyos propios.
El nombre oficial de los árabes está formado por un primer nombre (ism’ alam).
Son muy frecuentes los nombres propios que se forman con la palabra “siervo”:
- Abd, para el hombre
- Ama, para la mujer
seguida del nombre de dios (Allah):
Abd Allah
o de uno de sus atributos:
Abd Al-malik (“siervo del soberano”),
más un patronímico llamado nasab (“hijo de”) que se expresa con Ibn (Ben para los hombres y Bint, para las mujeres):
Abd Al-malik Ibn Battuta
más un nombre regional, un toponímico o referente a su tribu llamado nisbah:
Abd Al-malik Ibn Battuta Al-Rashid
En la tradición árabe se solían agregar tantos patronímicos como ancestros se recordasen (en la actualidad se usa uno solo):
Abd Al-malik Ibn Battuta Ibn Yusuf Ibn Salim Ibn Tariq …
Cuando se tienen hijos se agrega un componente de paternidad, la kunya que significa “padre de” (Abu, para el hombre y Umm, para la mujer) seguida del nombre del primer hijo:
Abu Abdul Abd Al-malik Ibn Battuta Al-Rashid
Hay también un sobrenombre que se agregaba al nombre para mejor identificación, laqab, que podría referirse a un lugar de nacimiento, a una característica física o a un oficio:
Al-Manṣῡr (“el victorioso”)
De estos laqab se formaron después muchos apellidos españoles. Para designar a un conjunto grande de personas emparentadas entre sí se usaba Banu o Bani, que significa “hijos de” un ancestro común como, por ejemplo, los Bani Kaab, que serían todos los descendientes de Kaab.
Durante la dominación musulmana en España, a pesar de que judíos y cristianos convivían usando cada uno sus nombres, hubo una mutua influencia entre todos que transformó, en muchos casos, sus nombres originales. Algunos judíos, para adaptarse mejor a la sociedad de cultura árabe en la que vivían, adoptaron nombres árabes como Moshé Ibn Maimon, más conocido por Maimónides (traducido del hebreo Asher: “Afortunado”), o la familia sefardí Abulafia (“padre del bienestar”) cuyo apellido árabe proviene de Abu (padre) y de Al–Afiyya (la salud, el bienestar), y se transformó en una familia sefardí de farmacéuticos.
J.A.T.