Curiosidades.
La mayoría de las ballenas y demás cetáceos tienen aletas con el borde delantero liso. Sin embargo, las aletas de la ballena jorobada tienen una serie de protuberancias llamadas tubérculos. Estas protuberancias canalizan el agua y la dividen en múltiples remolinos, creando turbulencias. Este “efecto tubérculo” le da a la ballena un mayor impulso, lo que le permite girar las aletas en ángulos más pronunciados. Por otra parte, reduce la resistencia al agua, un importante beneficio en vista de lo largas que son las aletas (casi un tercio de la longitud del cuerpo de la ballena). Los investigadores están valiéndose de este concepto para diseñar timones, turbinas de agua, molinos de viento y aspas de helicóptero más eficientes.
Curiosidades.
The Economist, de Londres, informó que “cada vez más especialistas en conducta animal creen ahora que los animales salvajes son capaces de atender sus propias necesidades médicas, y lo hacen”. Estos son algunos ejemplos:
- Los chimpancés de Tanzania eliminan sus lombrices intestinales comiendo la médula de una planta que contiene sustancias letales para dichos parásitos.
- Los chimpancés del resto de África las eliminan ingiriendo unas hojas cubiertas de púas microscópicas.
- Los guacamayos que consumen semillas que contienen alcaloides tóxicos también comen barro, el cual parece neutralizar su peligrosa dieta.
- El oso pardo de Alaska, el ánsar nival de Canadá y el lobo ingieren cierto tipo de vegetación para deshacerse de los parásitos intestinales.
Los análisis de sangre hechos a distintos animales salvajes revelaron que, en su hábitat natural, muchos habían sobrevivido a graves infecciones virales y bacterianas que suelen ser mortales en cautividad. Por ello, The Economist resalta que “los animales salvajes tienen a su alcance un recurso para mantenerse sanos que los que están cautivos no tienen.”
Curiosidades.
La aorta es la “cañería” más complicada que jamás ha estudiado la ciencia. A simple vista, el arco aórtico parece el asa curvada de un paraguas, pero no es exactamente así. Su curvatura es tridimensional, semejante a una sección de un resorte en espiral. Si lo tendiéramos sobre una superficie plana, describiría un semicírculo con un extremo apuntando hacia arriba. La razón por la que tiene esa forma es para que la sangre no fluya por el arco aórtico como el agua en el recodo de un río, sino que lo haga describiendo una doble espiral. En el interior de los meandros de los ríos, el agua discurre despacio, lo que permite que los sedimentos se acumulen; pero en el exterior, la corriente es más rápida y hasta erosiona la orilla. Si tal fenómeno ocurriese en la aorta, podrían acumularse peligrosos depósitos grasos en la zona lenta del arco. No obstante, como la sangre fluye en espiral, disminuye tal posibilidad, pues limpia las paredes de la arteria de una manera más uniforme.
Curiosidades.
Los gatos pueden dedicar la cuarta parte del tiempo que están despiertos a su aseo y, para ello, utilizan su lengua. Ésta tiene 290 papilas, duras como nuestras uñas, que apuntan hacia atrás y tienen una cavidad que recoge la saliva de su boca, la cual contiene unas enzimas que descomponen los elementos contaminantes. Como la saliva se evapora, esto hace que puedan regular su temperatura corporal y así refrescarse. En un experimento se creó un cepillo de pelo que imitaba las características antes mencionadas, consiguiendo peinar el cabello más suavemente que con un cepillo convencional, es más fácil de limpiar y desenreda los nudos.
Los bigotes de los gatos están conectados a una red de nervios sensoriales que les permite detectar hasta el más leve movimiento de aire. Por eso, saben si hay un objeto aunque no lo vean. Los gatos también pueden calcular la posición exacta y el movimiento de un objeto o una presa gracias a que sus bigotes son sensibles a los cambios de presión del aire. Además, estos les sirven para medir el ancho de una abertura y ver si pueden pasar. La Encyclopædia Britannica reconoce que “las funciones de los bigotes del gato aún no se han comprendido del todo; sin embargo, se sabe que si a un gato se le cortan los bigotes, este queda temporalmente incapacitado”.
Los científicos están diseñando robots con sensores que funcionan de forma parecida a los bigotes del gato. Estos “bigotes electrónicos” les permitirían a los robots rodear obstáculos. Según un investigador de la Universidad de California en Berkeley, dichos sensores “podrían tener una amplia gama de aplicaciones en la robótica avanzada, en los interfaces que facilitan la comunicación entre las máquinas y los usuarios, y en el campo de la biología”.
Curiosidades.
En nuestro cuerpo tiene alrededor de cien billones (100.000.000.000.000) de células microscópicas. Según dicen, se necesitaría una enciclopedia de 1.000 volúmenes para guardar todos los datos que contiene el ADN (ácido desoxirribonucleico) de una persona. Tanta información es como un plano genético que determina el color de la piel, el pelo, la estatura e innumerables detalles propios de cada individuo.
J.A.T.
Agradecimiento: ¡Awake!