John Wesley Hardin (1853-1895) era hijo de un pastor metodista, y ya a la edad de 14 años, peleando con un compañero de escuela, lo apuñaló. Con 15 años mató a su 1ª víctima mortal en una reyerta, disparando todas las balas que pudo, iniciando así su carrera como forajido, envolviéndose en una espiral de violencia que marcaría su vida y muerte. Rápidamente se hizo tristemente famoso por su rapidez con el gatillo, llegando a ponerse recompensas de 40.000 dólares por su cabeza. La leyenda que se formó a su alrededor decía que desenfundaba y disparaba con las dos manos antes de que un hombre pudiese chasquear los dedos.

Llegó a ser el “hombre-récord mortal” del Oeste, contabilizándose 44 muertes oficiales, aunque se le atribuyen 58, entre ellas 4 sheriffs/marshalls. La gran mayoría de esas muertes no eran por motivos de importancia: una mirada inconveniente, un comentario que no le gustara o una deuda eran suficiente razón para que sacara a “pasear” su revólver.

Algo que marcó su niñez fue vivir una época en el que la violencia era el modo de solventar los problemas. También vivió la derrota en la Guerra de Secesión cuando solo tenía 12 años y esto le llevó a desarrollar un fuerte odio hacia la autoridad.

En otra fase de su juventud mató a 7 hombres en diferentes ocasiones. Quizá el momento más sangriento ocurrió cuando tenía unos 18 años, mientras trabajaba como vaquero al servicio del ganadero Chisolm. En una venta cerca de México, los hombres del ganadero buscaban a unos ladrones de ganado. Una noche aparecieron 5 mexicanos, fuertemente armados y con ganas de bronca. Tras intercambiar algunas palabras e insultos, los compañeros de Hardin decidieron dejar pasar el asunto; pero él, se enfrentó sólo a ellos: con su Colt 38 los abatió. Su frialdad le llevó a ser conocido como “Dedos fríos”.

En otra ocasión, él solo logró detener un tren con 100 pasajeros en Topeka poniendo piedras en los raíles. Mató a los 2 revisores y también a un pasajero que intentó desenfundar su revólver, llevándose un botín de unos 20.000 dólares entre las pertenencias de los pasajeros y las nóminas de los soldados de Fort Lessington.

1871: Contrajo matrimonio con el amor de su vida, su antigua novia, Jane Bowen, teniendo 4 hijos. Apenas pudo disfrutar de esa vida familiar pues se pasó la mayor parte del tiempo huyendo de los sheriffs y marshalls, y de los cazarrecompensas que buscaban el precio puesto a su cabeza. Nadie podía capturarle.

1874: Asesinó a 4 hombres negros en Cherokee County y, posteriormente, mató al sheriff Charlie Webb… era su víctima nº 39.

John Selman

1877: El pistolero más temido del Oeste pensó que era hora de cambiar de vida y con su familia cogió un tren hacia Florida para intentarlo allí. Pero la casualidad hizo que viajaran ese día (23 de julio) y en el mismo tren unos Texas Rangers, que lo reconocieron y lo capturaron. El año siguiente fue condenado a 25 años de reclusión, aunque solo cumplió 17 años de esa condena debido a buena conducta. Durante ese tiempo recuperó su fe religiosa y pasó el tiempo estudiando derecho (sacó el título de Abogado), teología y matemáticas. Tras ser liberado, y dado que su esposa había fallecido 2 años antes de salir, cogió a sus hijos y se mudó a otro condado y, posteriormente, a El Paso donde intentó trabajar de abogado, aunque su pasado le trajo problemas.

Allí se enfrentó al sheriff John Selman Jr. por la detención de su amante, discutiendo y golpeando a Selman con una pistola y amenazándole de muerte. Más tarde, se enfrentó al padre, John Henry Selman Sr., también agente de la ley (en el pasado había sido pistolero y forajido). Esa noche, mientras Hardin jugaba a los dados en el Acme Saloon, John Henry Selman Sr. le disparó en la parte posterior de la cabeza, muriendo al instante. Aun así, Selman le disparó 3 veces más. Era el 19 de agosto de 1895.

El cantante Bob Dylan compuso un álbum que lleva su nombre, “John Wesley Hardin”, que llegó al nº 2 de las listas USA y encabezó las británicas. En una de las canciones decía: “No mató a nadie que fuese honrado”.

J.A.T.

Agradecimiento portada disco: Columbia Records