Isaac Newton nació el 25 de diciembre de 1642, según el calendario juliano –el que se usaba entonces- (4 de enero de 1643 según el calendario gregoriano). Fue un físico, teólogo e investigador inglés que ha pasado a la historia como –según es calificado frecuentemente- el científico más grande de todos los tiempos. Un matemático y físico del siglo XIX declaró que “Newton fue el más grande genio que ha existido y también el más afortunado, dado que solo se puede encontrar una vez un sistema que rija el mundo”. Realizó trabajos sobre la luz demostrando que la luz blanca está formada por un espectro de 7 colores: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, azul añil y violeta, que puede separarse mediante un prisma.
Portada de Philosophae Naturalis Principa Mathematica, de Isaac Newton.
No obstante, su obra más emblemática es Philosophae Naturalis Principa Mathematica, en la que expone la Ley de la gravitación universal, o las 3 Leyes de la dinámica (o Leyes de Newton) que permiten explicar el movimiento de los cuerpos, sus efectos y causas:
1ª Ley (Ley de la inercia): Todo cuerpo permanecerá en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas externas.
Aquí, Newton afirma que un cuerpo sobre el que no actúan fuerzas externas (o las que actúan se anulan entre sí) permanecerá en reposo o moviéndose a velocidad constante.
Esta idea ya había sido manifestada por Descartes y Galileo, y suponía rebatir la idea de Aristóteles, que decía que un cuerpo solo se mantenía en movimiento mientras actuara una fuerza sobre él.
2ª Ley (Ley de la interacción y de la fuerza): El cambio de movimiento es directamente proporcional a la fuerza motriz impresa, y se hace en la dirección de la línea recta en la que se imprime esa fuerza.
Según Newton, estas modificaciones solo tienen lugar si se produce una interacción entre dos cuerpos, entrando o no en contacto (por ejemplo, la gravedad actúa sin que haya contacto físico).
3ª Ley (Ley de la acción-reacción): Para toda acción hay siempre una reacción igual y contraria. Las acciones mutuas de dos cuerpos entre sí son siempre iguales y dirigidas en sentidos opuestos.
Esta ley se refleja constantemente en la naturaleza: se tiene una sensación de dolor al golpear una mesa, puesto que la mesa ejerce una fuerza sobre ti con la misma intensidad; el impulso que consigue un nadador al ejercer una fuerza sobre el borde de la piscina, siendo la fuerza que le impulsa la reacción del borde a la fuerza que él está ejerciendo.
J.A.T.
