La dactiloscopia (del griego daktylos “dedos” y de skopein “ver”) es la ciencia que permite la identificación de una persona mediante la comparación de sus huellas digitales. La huella dactilar es la impresión que dejan en una superficie las crestas papilares de un dedo de la mano. Las crestas papilares son glándulas que segregan sudor, y cuando éste sale, se derrama todas las crestas y se mezcla con la grasa natural de la piel. Así, cuando se toca un objeto, las crestas dejan una impresión en él.
Los dibujos papilares son:
- Inmutables: estas crestas no se pueden modificar. Si hay una herida poco profunda, se regeneran.
- Perennes: se forman desde el 6º mes de gestación –según precisó Francis Galton– y permanecen hasta que la putrefacción del cadáver destruye la piel.
- Diversiformes: No hay 2 impresiones idénticas producidas por dedos diferentes.
En las antiguas Babilonia y Persia se usaban las impresiones dactilares para autenticar registros en arcilla, pues ya se conocía su carácter único.
En China, hacia el año 300, se usaban las huellas de la mano como prueba en los juicios por robo. Además, era habitual estampar con tinta la huella del dedo o de la palma de la mano en las hojas de un documento oficial.
1665: El anatomista y biólogo italiano, médico del papa Inocencio XII, Marcello Malpighi, es considerado por algunos autores como el “abuelo de la dactiloscopia” al ser de los primeros en estudiar las huellas dactilares.
Está considerado el Padre de la Histología, la ciencia que estudia los tejidos orgánicos y biológicos, así de la Anatomía Microscópica. Tenía una gran capacidad de observación, y fue un estudioso de plantas, insectos, tejidos animales, embriones y órganos humanos al microscopio.
1850: Sir William James Herschel, magistrado y oficial del ejército británico en la India, fue el primero en percibir que las huellas dactilares podían identificar a la persona, por lo que, habitualmente, se estampaba la huella de la palma de la mano en los contratos. Después, solo el índice derecho y los dedos medios. De este modo le daba mayor peso a la firma del contrato, de modo que evitaba que la persona negara la firma del documento.
1880: El misionero y científico, Henry Faulds, después de establecer la primera misión inglesa en Japón, que contaba con un hospital y un centro de enseñanza para estudiantes de medicina japoneses, empezó a coleccionar huellas dactilares de monos y humanos. En un intento por promover la idea de la identificación de huellas dactilares, buscó la ayuda del naturalista Charles Darwin, quien se negó a trabajar en la idea.
1883: Alphonse Bertillon, un oficial de la policía francesa que no estaba conforme con los métodos empleados para la identificación de delincuentes, propuso un método para identificar personas: la antropometría, técnica que buscaba la identificación de criminales en base a la medición de varias partes del cuerpo y la cabeza, marcas, tatuajes, cicatrices y características personales del sospechoso.
1884: Bertillon utilizó este método para identificar a 241 delincuentes, por lo que ganó prestigio y la técnica fue adoptada por la Policía de Francia, Europa y EE.UU. No obstante, fracasó estrepitosamente cuando se encontraron dos personas diferentes que tenían el mismo conjunto de medidas.
J.A.T.