HUGH O’FLAHERTY
Este sacerdote católico irlandés salvó a unos 6.500 judíos, soldados británicos y norteamericanos durante la ocupación alemana en Roma durante la II Guerra Mundial, lo que motivó que recibiera el apodo de “La Pimpinela Escarlata del Vaticano”, en clara referencia al personaje novelesco de Sir Percy Blakeney, conocido como “La Pimpinela Escarlata”, aristócrata británico que llevaba una doble vida, salvando aristócratas e inocentes franceses durante el Reinado de Terror de la Revolución Francesa.
Fue diplomático del Vaticano en Haití, Egipto, República Dominicana y Checoslovaquia. En 1934, recibió el título de Monseñor. Era, además, un excelente jugador de golf, ganando campeonatos amateurs, y jugó de forma regular con el Conde Ciano, yerno de Mussolini, y con el ex rey Alfonso de España. Moverse en este status social le permitió crear una organización, con una gran red de apartamentos seguros, con lo que consiguió salvar a prominentes judíos italianos, aristócratas anti-fascistas, civiles y prisioneros de guerra aliados. De hecho, uno de sus escondites se hallaba junto al cuartel general de las SS, creyendo O’Flaherty que “el último lugar donde buscarán es debajo de sus narices”.
Entre sus ayudantes se encontraban otros sacerdotes, un conde suizo, comunistas, 2 agentes de la Francia Libre, el coronel británico Sam Derry, el embajador británico ante la Santa Sede, Sir D’Arcy Osborne, y hasta una ex cantante folk, Delia Murphy, esposa del embajador irlandés en Roma.
También desempeñó un papel importante en la organización de O’Flaherty una viuda maltesa con 6 hijas y 2 hijos, Henrietta Chevalier, la cual arriesgó mucho protegiendo a fugitivos. En cierta ocasión tuvo en su pequeño apartamento en un 3º piso a 4 soldados británicos. El apartamento también servía como depósito de alimentos y suministros. Ella recibió la Medalla del Imperio Británico. Bill Simpson (escocés) y John Furman (judío) hablaban italiano y desafiaban diariamente a las patrullas nazis para distribuir dinero y suministros.
O’Flaherty era un maestro del engaño, pues salía del Vaticano disfrazado para realizar misiones de rescate, por lo que evitó ser capturado por los alemanes. Alguno de sus disfraces fueron el del hombre repartiendo carbón, barrendero, cartero, e incluso se rumoreaba que también se había disfrazado de monja. Pudo sacar secretamente a judíos disfrazados de monjes y monjas; a partisanos los hizo pasar como miembros de la Guardia Suiza. Se cuenta que en cierta ocasión, una pareja judía le dio una cadena de oro para que escondiera a su hijo. Él los disfrazó de monja y sacerdote, escondió a su hijo en un orfanato durante la guerra, y cuando la ciudad fue liberada, les devolvió la cadena de oro.
Su frase llamativa era: “God has no country” (“Dios no tiene país”). Esta frase figura en su monumento conmemorativo de Irlanda.
Fue conocida su rivalidad y enemistad con el Jefe de la Gestapo, Herbert Kappler, a quien no le temblaba el pulso a la hora de dar castigos ejemplares, siendo responsable de la famosa Masacre de las Fosas Ardeatinas, en las que asesinó a más de 335 civiles italianos como represalia por un ataque de la resistencia italiana contra las SS, en el que murieron 33 soldados alemanes. Kappler, con una fijación obsesiva contra O’Flaherty, pintó una línea blanca a la entrada del Vaticano, ordenándole que no traspasara dicha línea, dando la orden de capturarlo o matarlo si lo hacía.
Curiosamente, después de la guerra, Kappler y O’Flaherty mantuvieron cierta amistad mientras Kappler, condenado a cadena perpetua por crímenes de guerra, estuvo preso alrededor de 15 años. Durante esos años, fue su único visitante mensual. Esa amistad hizo que Kappler se convirtiera al catolicismo en 1959.
O’Flaherty recibió grandes distinciones de numerosos países aliados como Italia, Australia y Canadá, fue nombrado Comandante del Imperio Británico (CBE) y recibió la Medalla de la Libertad de los EE.UU., y fue el primer irlandés en ser nombrado Notario del Santo Oficio. Incluso rechazó la pensión vitalicia que Italia le concedió. Fue el “Oskar Schindler irlandés”. Falleció el 30 de octubre de 1963.
Sus andanzas se reflejaron en el film Escarlata y Negro (1983), siendo magníficamente interpretado su papel por Gregory Peck, mientras que el de Kappler fue interpretado por Christopher Plummer.
Sin embargo, en su Irlanda natal tan solo tiene un único monumento conmemorativo: una estatua, un mural y una arboleda de árboles italianos que su familia y amigos plantaron (en 1994) en el Parque Nacional de la ciudad de Killarney, donde estudió teología.
J.A.T.
Agradecimientos fotos artículo: Hugh O’Flaherty Memorial Society
Foto cabecera: Yannick – Flickr