Las investigaciones indican que Adolf Hitler era un adicto a las drogas. Al parecer tomó 74 sustancias diferentes, prescritas por Theodor Morell, su médico personal, quien llamaba al hrer “Paciente A”.

El libro “El Gran Delirio”, del periodista Norman Ohler, narra que Hitler consumía cocaína para aliviar sus dolores de oído y garganta, También consumía heroína, morfina y metanfetaminas. Según Ohler, el “enganche” a las drogas pasó por 3 etapas:

  1. 1936-1941: Inyecciones continuadas de vitaminas y glucosa.
  2. Otoño 1941: Como consecuencia de los reveses en el frente ruso empezó a consumir esteroides, barbitúricos y hormonas.
  3. Verano 1943: Empezó a tomar por 1ª vez Eukodal –hoy conocida como Oxicodona, una sustancia más potente que la heroína. Al empezar a ser dependiente, su médico se la inyectaba en dosis más altas cada 2 días. En ocasiones, consumió este producto con cocaína.

Morell le suministró unas 800 inyecciones durante 1.349 días.

En definitiva, esta mezcla de sustancias hacía que Hitler pasara de estados de euforia exorbitada a profundos bajones que le causaban paranoias. Según Ohler, ‘le llevaba a alejarse de la realidad en momentos en los que se debía haber dado cuenta de lo disparatado y delirante de sus ideas de vencer al mundo entero.’

J.A.T.