Así era conocido el teniente coronel británico Thomas Edward Lawrence, quien también era arqueólogo y escritor. Fue graduado en Oxford como historiador. Aunque apenas medía 1,66 m de altura destacaba por su piel pálida y sus ojos claros, y recorrió a pie alrededor de 1.400 km de desierto durante 4 años, estudiando las costumbres de las tribus del desierto.
Durante la I Guerra Mundial jugó un papel importante como enlace durante la rebelión árabe contra el dominio turco.
Fue destinado a El Cairo (Egipto) cuando Inglaterra declaró la guerra a Turquía, y Egipto se convirtió en un protectorado británico. Por su conocimiento del idioma, cultura y costumbres de las tribus fue utilizado por el Servicio Secreto británico, entrando a formar parte del Departamento de Inteligencia Militar, pese a que era muy indisciplinado.
En 1916, los turcos habían ejecutado a 21 nacionalistas árabes en Damasco. Ascendido a capitán, llegó a Jeddah, 2ª ciudad más importante de Arabia Saudí. Visitó el campamento de Faysal, 3º hijo del jerife (o sharif, en árabe) de La Meca, cuya función era la protección de los santos lugares del Islam y de los peregrinos. Aquella entrevista le llevó a entusiasmarse con la causa árabe, siendo destinado como “enlace temporal” al ejército irregular de Faysal. Su amistad con el príncipe le ayudó a desarrollar estrategias militares para vencer a los turcos, liderando la rendición de Aqaba, y dando una victoria aplastante a los árabes.
En el invierno de 1917-1918, inició algunas de las acciones más arriesgadas en territorio enemigo como…
- 7 de noviembre: intento fallido de dinamitar el puente sobre el río Yarmuk
- 12 de noviembre: el ataque al tren en Minifir
- 20 de noviembre: la incursión, casi en solitario, a Deraa (una ciudad siria cerca de la frontera con Jordania). Lawrence fue detenido por una patrulla de reclutamiento turca que no le reconoció a pesar de que se le había puesto precio a su cabeza. Durante su detención fue salvajemente maltratado y violado, pero consiguió escapar con vida. La experiencia fue traumática y tuvo consecuencias profundas y perdurables.
El sueño de Faysal y Lawrence de un estado árabe libre nunca se consiguió.
El 1 de octubre de 1918, entró en Damasco como un triunfador; pero ya estaba sumamente desilusionado por las desavenencias y la lucha por el poder entre los aliados; también se sentía asqueado por las atrocidades de la guerra de las que se sentía corresponsable, y deprimido por las pérdidas personales sufridas durante la contienda. Entre esas pérdidas destacaron la muerte en batalla, en Francia, de sus 2 hermanos y la muerte, durante una epidemia, de un joven sirio Dahum –del que se enamoró- y al que dedicó su obra “Los siete pilares de la sabiduría”.
Nunca encajó en el sistema militar por sus ideas ni forma de comportarse, aunque sí agradaba a la prensa.
El 13 de mayo de 1935 volvía de enviar un telegrama, montado en su motocicleta Brough. Dos niños se le cruzaron en la carretera y salió despedido, fracturándose las sienes y falleciendo 6 días después, el 19 de mayo.
En 1962, el director David Lean realizó una película –de 222 minutos- basada en su historia, siendo Peter O’Toole quien encarnó su personaje. Otros artistas renombrados participaron en la película: Alec Guinnes, Anthony Quinn, Jack Hawkins, Omar Sharif, José Ferrer, Anthony Quayle, o Claude Rains.
Aunque el presupuesto de Lawrence de Arabia fue de unos 15.000.000 de dólares, su recaudación ascendió a más de 70.000.000. Fue rodada en Jordania, Marruecos y España (Sevilla y Almería).
Para el desarrollo de una gran parte de las escenas interiores llevadas a cabo en Sevilla se rodaron escenas en los siguientes monumentos de la ciudad: la Plaza de España, los Reales Alcázares, la Casa de Pilatos, el Palacio de Miguel de Mañara y el Hotel Alfonso XIII.
Para el rodaje en Almería se trajeron un total de 159 camellos, de los que 129 procedían del Sáhara Español a un coste de 5.000 pesetas la unidad, además de unos 700 caballos procedentes de distintos puntos de Andalucía. Parte de ella fue rodada en las dunas de Cabo de Gata y en Carboneras.
Está considerada una de las mejores películas de la historia. El American Film Institute la colocó en el puesto nº 5 de las 100 mejores películas en su lista original de 1998, y en el nº 7 en su lista de 2007. Encabeza el AFI’s 10 Top 10 en la categoría de «Películas épicas»:
01. Lawrence de Arabia (1962)
02. Ben-Hur (1959) 03. La lista de Schindler (1993) 04. Lo que el viento se llevó (1939) 05. Espartaco (1960) |
06. Titanic (1997)
07. Sin novedad en el frente (1930) 08. Salvar al soldado Ryan (1998) 09. Reds (1981) 10. Los 10 mandamientos (1956) |
En 1991, la película fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
J.A.T.