En muchas personas surge la pregunta de por qué en Centroamérica y Sudamérica se habla español mientras que, en medio, un país –Brasil- no lo habla, y tiene el portugués como idioma. La respuesta está en los siguientes hechos históricos.
Los papas, Portugal y España ya habían tenido conversaciones sobre territorios de conquista:
1455: El papa Nicolás V otorgó a Portugal dominio total exclusivo sobre la costa occidental de África, tanto para su exploración como para reclamar dichos territorios.
1479: Con la firma del Tratado de Alcaçovas, los reyes de Portugal, Alfonso V y su hijo Juan, cedían las Islas Canarias a los Reyes Católicos a cambio de que éstos aceptaran la propiedad de Portugal sobre las islas Azores, Madeira y Cabo Verde.
1481: El papa Sixto IV confirmó ese tratado y estableció que Portugal se adueñara de cualquier descubrimiento hacia el Este y Sur de las Canarias.
En octubre de 1492, Cristóbal Colón llegó a América, abriendo las puertas a un nuevo mundo, desconocido pero de una gran riqueza. Eso provocó que, tras el regreso de Colón a España, en 1493, se iniciara un conflicto entre los promotores del viaje, los Reyes Católicos –Isabel y Fernando– y los reyes de Portugal sobre el control del comercio y colonización del nuevo territorio descubierto. Juan II de Portugal reclamó los territorios que Colón había descubierto ante la negativa de los Reyes Católicos. Para defender sus intereses y tener la posibilidad de “cristianizar” el nuevo territorio acudieron al nuevo papa con el que ya tenían una larga relación de favores mutuos: Alejandro VI (Rodrigo Borgia), nombrado en agosto de 1492, quien consiguió su nombramiento gracias a la compra de votos a cambio de dignidades eclesiales, ciudades, palacios, obispados, etc.
Lo cierto es que, entre mayo-septiembre de 1493, el nuevo papa emitió 4 bulas, conocidas como Bulas Alejandrinas:
Breve Inter caetera (03-mayo 1493): concedió a “los reyes de Castilla y León”, “por la autoridad de Dios omnipotente”, el dominio exclusivo y perpetuo sobre “cada una de las tierras e islas ya citadas, así las desconocidas como las hasta ahora descubiertas por vuestros enviados y las que se descubran en adelante, que bajo el dominio de otros señores cristianos no estén constituidas en el tiempo presente”.
Bula menor Inter caetera (04-mayo-1493): esta bula menor introduce la definición de un meridiano al oeste del cual todas las tierras “halladas y por hallar” pertenecerían a los reyes de Castilla y Aragón.
Bula menor Eximiae devotionis (03-Mayo-1493): Aunque la bula lleva fecha de 3 de mayo se cree que realmente fue redactada más tarde, en el mes de julio. otorga a “los reyes de Castilla y León” el dominio sobre “cada una de las tierras firmes e islas lejanas y desconocidas hacia las partes occidentales y existentes en mar Océano, descubiertas por vosotros o vuestros enviados (…) o que se descubran en adelante, que bajo el actual dominio temporal de otros señores cristianos no estuviesen constituidas”.
Bula Dudum siquidem (26-setbre-1493): es también conocida como “ampliación de la donación” porque ampliaba la concesión de la primera Inter Caetera, afirma que podría ocurrir que los castellanos “que navegasen hacia occidente o mediodía arribasen a las regiones orientales y encontrasen islas y tierras firmes que hubiesen sido o sean de la India” y por ello el Papa amplía la donación a Castilla y León de todos los territorios que se descubran en Asia llegando a ella por la ruta de occidente:
Esa línea se estableció a 350 leguas (unos 1.700 km) al oeste de las Islas de Cabo Verde.
Pero Juan II de Portugal no estuvo conforme, por lo que inició negociaciones directas con los Reyes Católicos, reuniéndose en Tordesillas (Valladolid). Finalmente alcanzaron un acuerdo que se plasmó, el 7 de junio de 1494, en lo que se conoce como Tratado de Tordesillas. En él, básicamente, se establece una nueva línea de demarcación, pasando a 370 leguas (unos 1.800 km) al oeste de las Islas de Cabo Verde.
Posteriormente, Portugal violó el Tratado avanzando paulatinamente desde Brasil hacia el oeste y sur de Sudamérica. No obstante, entre 1580-1640, el Tratado de Tordesillas no tuvo razón de ser ya que España y Portugal tuvieron el mismo rey en una unión dinastía bajo la Casa de Austria.
A la postre, esos decretos también sirvieron para justificar terribles masacres, pasando por alto los derechos de las tribus indígenas.
J.A.T.