El violín es uno de los instrumentos musicales más populares en el mundo de la música por el gran abanico de posibilidades que tiene, especialmente al poder llegar a tonos muy agudos. Un violín en manos expertas es capaz de reproducir las más bellas y conocidas melodías, entre las que destacan, como ejemplo, «Las Cuatro Estaciones» de Antonio Vivaldi, o composiciones de Mozart o Beethoven.
El violín es el instrumento más pequeño y más agudo perteneciente al género de instrumentos de cuerda forzada, entre los que están incluidos la viola, el violonchelo y el contrabajo. Este instrumento, principalmente relacionado a la música clásica, sabe adaptarse a casi cualquier otro género de música: country, pop, folk, incluso el rock.
Uno de los elementos principales del violín son sus cuerdas. Están hechas de tripa enroscada con aluminio, plata o acero, siendo este último el más usado. De hecho, la cuerda de la nota “mi” –llamada cantino– es directamente un hilo de acero, y a veces de oro, razón por la que tiene el sonido más agudo.
El arco con el que se toca es una vara estrecha de unos 77 cm, ligeramente curva y elaborada con la dura madera del palo brasil. Tiene también una cinta de 70 cm hecha de unas 100-120 crines de cola de caballo, que es frotada con una resina llamada “perrubia”.
El violín también ofrece una variedad de efectos sonoros, además del sonido proveniente del uso del arco:
- pizzicato (pellizcando las cuerdas como si fuera una guitarra, pero no con la misma posición)
- trémolo (moviendo el arco arriba y abajo muy rápido)
- vibrato (haciendo vibrar los dedos sobre las cuerdas)
- glissando (moviendo la mano izquierda arriba y abajo sobre las cuerdas)
- col legno (tocando con la parte de madera del arco)
- sul ponticello (tocando prácticamente sobre el puente)
- sul tasto (tocando sobre el diapasón).
Hay varios tipos de violín, clasificados por su tamaño, para que cada músico pueda escoger uno en función de su altura y del largo del brazo y la longitud de su mano: se mide la distancia desde el cuello hasta la articulación de la muñeca con el brazo estirado y perpendicular al cuerpo.
También pueden clasificarse en base a su fabricación, siendo el fabricado a mano –generalmente en Italia o Alemania- los de mejor calidad y, evidentemente, los más costosos.
Sus precursores fueron el frotamiento de cuerdas del laúd y el rebab, que eran muy populares en la época medieval durante las conquistas árabes de la Europa mediterránea. No obstante, el violín, como tal, aparece hacia el siglo XVII, estando muy difundido en Italia aunque sin llegar al prestigio de otros instrumentos como la mandolina, el laúd, la guitarra o la viola da gamba. Fue el músico italiano Claudio Monteverdi quien descubre las posibilidades musicales del violín, incluyéndolos en su ópera “Orfeo” (1607) para complementar las voces corales.
A partir de ahí aparecen famosos fabricantes de violines –conocidos como lauderos, luteros o luthiers, puesto que, en principio, hacían laúdes-, siendo el centro neurálgico la ciudad de Cremona (Italia). De ahí salieron los famosos Antonio Stradivari, Giuseppe Guarneri y Andrea Amati, aunque fueron conocidos por sus apellidos latinizados: Stradivarius, Guarnerius y Amatius.
Sobre todo a partir del barroco, se inicia la Edad de Oro del violín, el cual está difundido por todo el mundo, siendo pieza indispensable en una orquesta, en la música árabe y en la celta irlandesa.
No obstante, el violín ha estado asociado a la historia judía, según lo expone Gustavo Daniel Perednik, escritor y filósofo argentino-israelí. Pero eso lo expondremos en un siguiente post sobre este instrumento.
J.A.T.
Agradecimiento imagen arco: CC BY-SA 3.0