EL FRANCOTIRADOR MÁS LETAL.
En noviembre de 1939, la Unión Soviética invadió Finlandia. Un francotirador finlandés, Simo Häyhä, abatió a 505 soldados rusos en solo 105 días de combate, aunque no se conoce la cifra exacta, por lo que los rusos lo denominaron “Biélaya Smiértch”, o “La muerte blanca”.
Se caracterizó por demostrar una puntería singular, y, aparte de su escasa estatura (1,52 m.) que hacía prácticamente imposible descubrirlo, entre sus tácticas estaban:
- ir vestido de blanco para camuflarse en la nieve, a una temperatura que iban de -20º hasta -40º,
- llenarse la boca de nieve para que su aliento no lo delatara
- no usar mira telescópica, pues el reflejo del sol en la lente podía delatar su posición y, por otra parte, la bajas temperaturas las empeñaban o se rompían con facilidad
- compactar la nieve delante de su posición mitigase la vibración del disparo y no fuese descubierto.
Todos los intentos rusos por acabar con él fracasaron. No obstante, el 06/03/1940 una bala explosiva rusa le atravesó la mandíbula y le arrancó la mejilla izquierda, aunque se cree que el disparo fue realizado al azar. Quedó en coma durante 7 días, despertando el mismo día de la firma de paz entre Rusia y Finlandia. Recibió la Cruz de la Libertad de Mannerheim, la más alta distinción de Finlandia, otorgada por una valentía extraordinaria, por lograr importante objetivo en combate o por tener conducta especialmente buena en las operaciones.
En una entrevista dada en 1998, se le preguntó cuál fue su secreto como buen tirador, a lo que respondió: “Practicando”, “hice lo mejor que pude lo que se me ordenó.”
J.A.T.