La Metropolitan Police Force tenía unas normas de conducta como, por ejemplo, no beber estando de servicio. Muchos agentes fueron dados de baja por este motivo. De hecho, no podían entrar en un pub si no era parte de una acción policial. También debían conocer a las personas del barrio que patrullaban. Si se querían casar, el Cuerpo debía dar su consentimiento, no permitiendo que la esposa trabajase.
A Sir Robert Peel se le atribuye la introducción de 9 principios policiales, aunque hay mucha discrepancia sobre ello. En esencia, indican que:
Todo agente de policía debe llevar visible una placa con su número, para asegurar así la responsabilidad de sus acciones.
La efectividad de la policía no se mide por el número de arrestos sino por la ausencia de crimen.
Por encima de todo, una figura de autoridad efectiva se debe basar en ser el paradigma de la confianza y la responsabilidad.
Así pues, el principio más citado de Peel es: “La policía es la ciudadanía y el ciudadano es el policía”. O como otros lo expresan: “No somos el defensor del pueblo: somos el pueblo”.
Fuera Peel o no el que confeccionó los siguientes 9 principios, sí es cierto que el espíritu de ellos fue invocado por él:
- La misión principal por la que existe la policía es prevenir el crimen y el desorden.
- La habilidad de la policía para realizar sus funciones depende de la aprobación pública de sus acciones.
- La policía debe asegurarse la cooperación voluntaria del público en la observancia de la ley para ser capaz de mantener su respeto.
- El grado de colaboración del público disminuye proporcionalmente con la necesidad del uso de la fuerza.
- La policía consigue y mantiene una opinión pública favorable no satisfaciendo los distintos deseos sino por la demostración constante del servicio a la ley absolutamente imparcial.
- La policía solo debe usar la fuerza para mantener la ley y el orden cuando sea absolutamente necesario y únicamente cuando el uso de la persuasión, el consejo y la advertencia se haya visto insuficiente.
- La policía, en todo momento, debe mantener una relación con el público que haga realidad la tradición de que la policía es la ciudadanía y el ciudadano es el policía. Los policías simplemente son miembros de la ciudadanía a los que se les paga para que presten plena dedicación a los deberes que incumben a todos y cada uno de los ciudadanos en aras del bienestar y la coexistencia de la comunidad.
- La policía debe restringir de forma estricta su actuación a sus funciones concretas sin usurpar nunca los poderes de la judicatura.
- La prueba de la efectividad de la policía está en la ausencia de crimen y desorden, no en la acción evidente de la policía tratando con la delincuencia.
Sir Robert Peel nombró a dos comisarios, Charles Rowan y Richard Mayne -calificados por los historiadores como los “Edgar Hoover” (el jefe del FBI) británicos-, para dirigir esta nueva fuerza policial.
Rowan fue teniente coronel del ejército británico sirviendo en la Waterloo entre otras batallas. Debía proporcionar disciplina militar y organización, mientras que el abogado Mayne proporcionaría experiencia legal. Los siguientes 20 años les convirtió en amigos y su trabajo en común proporcionó una sólida base para este nuevo cuerpo policial. Mayne fue el Comisionado que más tiempo estuvo al frente de este Cuerpo (39 años) y el más joven en ser nombrado para ese puesto (tenía 33 años).
J.A.T.